El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha decidido prorrogar por un año más las sanciones impuestas previamente por su predecesor, Joe Biden, contra Rusia. Esta medida, según la información publicada en el Registro Federal de EE.UU., mantiene el bloqueo de activos rusos, las sanciones económicas y las restricciones secundarias dirigidas a instituciones financieras extranjeras que colaboren con el sector militar-industrial ruso.
Esto no deja completamente exenta a la Federación de Rusia de la ola de decisiones globales en contra de la economía de todos los países.
La justificación oficial de esta extensión se basa en la preocupación por «determinadas actividades extranjeras perjudiciales del Gobierno» de la Federación Rusa.
Entre estas supuestas acciones enumeradas por la administración Trump, se enumeran «esfuerzos para socavar la realización de elecciones democráticas libres y justas» en Estados Unidos, la «corrupción transnacional para influir en Gobiernos extranjeros» y el «socavar la seguridad en países y regiones importantes para la seguridad nacional de EE.UU.».
El documento del Registro Federal subraya que estas «específicas actividades extranjeras dañinas del Gobierno de la Federación Rusa […] continúan representando una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional, la política exterior y la economía de EE.UU.». En consecuencia, se determina la prórroga de las sanciones por un periodo adicional de un año.