Un repunte masivo de los bonos basura de los mercados emergentes ha despertado el apetito de los inversores por dos operaciones: la deuda denominada en dólares de Venezuela y Líbano.
«Cuando los bonos están por debajo de la decena, la gente compra porque lo ve como una opción», aseguró Claudio Zampa, que gestiona ambos como fundador de Mangart Capital Management Ltd con sede en Suiza.
Los inversores especulan con la posibilidad de que el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos pueda llevar a un acuerdo con el gobierno de Nicolás Maduro. En Líbano, la elección de un nuevo presidente respaldado por Estados Unidos ha despertado el interés de los especuladores, que ven una oportunidad de ganancias.
«Los precios son tan bajos que a medio o largo plazo deberian dar sus frutos», afirmó carl ross, analista de deuda soberana de gmo.
Ambos son casos perdidos económicos, los inversores que buscan el próximo premio de un billete de lotería, también son demasiado baratos para ignorarlos, señala la agencia Bloomberg.