
El reciente escándalo conocido como ‘Signalgate’ ha puesto en jaque la seguridad nacional de Estados Unidos, revelando una alarmante vulnerabilidad en la protección de datos personales de altos funcionarios de la Administración Trump.
La filtración de un chat interno en la aplicación Signal, que discutía planes militares contra Yemen y al que fue agregado por error un periodista, ha destapado la facilidad con la que información sensible puede ser comprometida.
LEA MÁS: Administración Trump filtra por error planes de guerra a periodista de The Atlantic
Periodistas del medio alemán Der Spiegel llevaron a cabo una investigación para determinar la disponibilidad en línea de datos privados de importantes miembros del gobierno estadounidense.
Los resultados fueron alarmantes: números de teléfono, direcciones de correo electrónico e incluso contraseñas pertenecientes al asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz; a la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard; y al secretario de Defensa, Pete Hegseth, se encuentran fácilmente accesibles en Internet.
La investigación reveló que estos datos de contacto están vinculados a perfiles en redes sociales como Instagram y LinkedIn, y se han utilizado para crear cuentas en servicios como Dropbox y aplicaciones de seguimiento de actividad física.
Además, se identificaron perfiles activos en WhatsApp y Signal asociados a estos números de teléfono, lo que sugiere que la mayoría de los datos encontrados siguen en uso.
Acceso a datos a través de filtraciones y bases de datos comerciales
Los reporteros alemanes encontraron la información de contacto de Gabbard, Hegseth y Waltz en bases de datos comerciales y en filtraciones de contraseñas disponibles en foros en línea.
Por ejemplo, la dirección de correo electrónico y el número de teléfono móvil de Hegseth fueron obtenidos mediante un proveedor comercial de información de contacto, que proporcionó estos datos a cambio del perfil de LinkedIn del secretario de Defensa.
Este hallazgo representa una grave vulneración de seguridad en las altas esferas de la Administración Trump. La facilidad con la que se puede acceder a información sensible de altos funcionarios plantea serias preocupaciones sobre la posibilidad de sean utilizados estos datos para hackear dispositivos, instalar software espía y acceder a comunicaciones confidenciales.
Hasta el momento, ni Gabbard, Hegseth ni Waltz han respondido a las solicitudes de comentarios sobre estos hallazgos. La Administración Trump ha calificado el incidente como una «caza de brujas» y ha defendido a los funcionarios involucrados.
«Es primera vez que oigo eso» sentenció Trump al ser consultado sobre la filtración de datos.