Un masivo ataque con drones lanzado por Ucrania contra Moscú y sus alrededores dejó tres muertos y 17 heridos, además de graves daños materiales.
Los restos de los drones cayeron sobre viviendas, un supermercado y hasta una estación ferroviaria, generando incendios y caos en la región.
Los muertos fueron dos por heridas en hospitales y uno más por un incendio en un aparcamiento causado por restos de un dron.

Además, varios edificios y vehículos fueron dañados, incluyendo un supermercado que sufrió un incendio, dejando a más de 20 coches afectados.
El ataque es considerado el más grande de este tipo desde el inicio del conflicto ruso-ucraniano y ha provocado la evacuación de varias personas, entre ellas niños.

Las autoridades rusas han abierto una investigación por terrorismo.
El ataque tiene lugar en un momento clave, cuando las delegaciones de Ucrania y Estados Unidos se encuentran en Arabia Saudita para negociar posibles concesiones y un alto el fuego.
Washington fue enfático en que no está dispuesto a considerar un retorno de Ucrania a las fronteras previas a 2014.
La agresión ucraniana podría estar minando las posibilidades de un acuerdo duradero al demostrar que el régimen de Zelenski mantiene la capacidad de seguir enfrentándose a Rusia, enviando una señal de que las negociaciones no están dentro de sus intereses.