Mientras Estados Unidos intensifica la persecución contra migrantes, más de 2.000 venezolanos permanecen varados en el sur de México, sin recursos ni documentos para regresar a su país.
Muchos quedaron atrapados en Tapachula, Chiapas, tras la eliminación del Estatus de Protección Temporal (TPS) y de la aplicación CBP One, decisiones ordenadas por el presidente Donald Trump que provocaron deportaciones masivas y el cierre militarizado de la frontera sur.
“Llevamos más de tres meses sin respuestas. No tenemos dinero ni pasaportes. Solo queremos volver a casa”, expresó Wilmarí Villa, una de las manifestantes que se congregó frente a la estación migratoria Siglo 21.
Con pancartas como “¡Ayuda, aviones Tapachula!” y “¡Presidente Maduro, somos 2.000 esperando!”, mujeres, ancianos y niños que no pudieron llegar a Ciudad de México claman para que el gobierno venezolano envíe nuevos vuelos del Plan Vuelta a la Patria a esta región donde permanecen varados.
Organizaciones de derechos humanos denuncian la criminalización de la migración impulsada por Washington, que deja sin salida a miles de personas en situación vulnerable.
Venezuela ha reiterado su disposición a recibir a los repatriados y exige a Estados Unidos respetar los derechos de quienes fueron expulsados sin garantías.