Las autoridades palestinas condenaron la demolición del Hospital de Amistad Turco-Palestino en Gaza, el único dedicado al tratamiento de pacientes con cáncer en la región.
El Ministerio de Salud de Gaza acusó a Israel de aplicar una política genocida, mientras que Hamas calificó la destrucción como un «acto sádico» que refleja la barbarie israelí.
Además, Hamas criticó el apoyo de Estados Unidos a Israel y su desdén por las normas internacionales.
El Ejército israelí justificó la demolición, acusando a Hamas de usar el hospital como cuartel general. La instalación fue completamente destruida en una serie de explosiones.