Una vista del Tesla Roadster de Elon Musk, con un maniquí apodado «Starman» al volante, se ve durante la transmisión en vivo del 6 de febrero de 2018 del lanzamiento inaugural de Falcon Heavy de SpaceX.
Siete años después de que SpaceX puso en órbita alrededor del Sol al deportivo rojo cereza de Elon Musk, los astrónomos, sin saberlo, volvieron a prestar atención a sus movimientos.
¿Qué ocurrió?
Los investigadores vieron e identificaron correctamente el vehículo cuando inició su excursión extraterrestre en febrero de 2018, después de haber despegado al espacio durante el espectacular lanzamiento inaugural del cohete Falcon Heavy. Pero más recientemente, el auto dio lugar a un caso de alto perfil de identidad equivocada, ya que los observadores espaciales lo confundieron con un asteroide.
Varias observaciones del vehículo, recopiladas por barridos del cielo nocturno, fueron inadvertidamente almacenadas en una base de datos destinada a objetos diversos y desconocidos, según el Centro de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional.
Un astrónomo aficionado notó una serie de puntos de datos en enero que parecían encajar, describiendo la órbita de un objeto relativamente pequeño que se movía entre las trayectorias orbitales de la Tierra y Marte.
El científico ciudadano asumió que el objeto misterioso era un asteroide no documentado y envió rápidamente sus hallazgos al MPC, que opera en el Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian en Cambridge, Massachusetts, como un centro de datos que busca catalogar todos los asteroides, cometas y otros cuerpos celestes pequeños conocidos. Un astrónomo del lugar verificó el hallazgo.
Y así, el Centro de Planetas Menores registró un nuevo objeto, el asteroide “2018 CN41”.
Sin embargo, en 24 horas, el centro se retractó de la designación.
La persona que originalmente había señalado el objeto se dio cuenta de su propio error, dijo el astrónomo del MPC Peter Veres a CNN, al notar que, de hecho, habían encontrado varias observaciones no correlacionadas del auto de Musk. Y los sistemas del centro no habían detectado el error.

Fue un caso extraordinario de confusión de identidad. Pero dista mucho de ser el primero, ya que una serie de casos similares han inquietado a los astrónomos. Estas confusiones ponen de manifiesto las dificultades que plantea el seguimiento de objetos en el espacio profundo, un problema agravado por el creciente número de objetos fabricados por el hombre que se lanzan al espacio.
Hoy en día, el mundo de los vuelos espaciales es impulsado tanto por la industria comercial como por agencias gubernamentales como la NASA. Y las empresas privadas no siempre son transparentes sobre exactamente a dónde van los objetos que envían al espacio. Es un problema exacerbado por el hecho de que las empresas están haciendo lanzamientos mucho más frecuentemente que los programas espaciales gubernamentales.
En este momento, se estima que hay aproximadamente 100 objetos hechos por el ser humano en órbita alrededor del Sol. La mayoría de (esos objetos) están perdidos porque no se rastrean mucho.