Toda la evidencia y los hallazgos permanentes de devastación causada por el aumento de las emisiones de CO2, parecen insuficientes para Trump que ha calificado la crisis climática como un «engaño»
Más acciones que palabras
Además del presidente de Estados Unidos Donald Trump, que hace declaraciones contra quienes luchan por preservar la salud pública y el medio ambiente de los efectos altamente negativos que produce el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, se suma su secretario de energía Chris Wright, conocido por ser escéptico climático, quien fue contundente al afirmar que el mundo necesita más combustible fósil, en lugar de menos. “La administración Trump pondrá fin a las políticas irracionales y cuasi religiosas de la administración Biden sobre el cambio climático que impusieron sacrificios interminables a nuestros ciudadanos. La cura fue mucho más destructiva que la enfermedad”, dijo en una conferencia en Texas.
Las declaraciones de ambos funcionarios, que abiertamente dicen que su apuesta energética es por quemar combustible fósil y que las energías renovables como la solar o eólica no podrán reemplazar al “multifacético” gas, además de sus reuniones con ejecutivos de empresas del ramo, han generado controversia y críticas por parte de defensores del clima a nivel mundial.
«Perforar, bebé, perforar»
Es casi un mantra de Donald Trump repitiendo «perforar, bebé, perforar» que lo que hace es exigir que se extraiga más petróleo y gas en Estados Unidos, lo que podría ocasionar que el mundo se mantenga enganchado a los combustibles fósiles que calientan el planeta, según The Guardian.

El presidente Trump está utilizando el poder de chantaje de Estados Unidos con su política de aranceles y la ayuda militar para impulsar el flujo de petróleo y gas en todo el mundo. Incluso está tratando de que en África se logre la resurrección del carbón, considerado “el más sucio de todos los combustibles fósiles”.
Quieren eliminar lo que encontró la ciencia
La administración de Donald Trump reconsiderará el hallazgo oficial de que los gases de efecto invernadero son dañinos para la salud pública.
El medio británico The Guardian, asegura que la Agencia de Protección Ambiental del gobierno de Trump, (EPA, por sus siglas en inglés) emitió una “serie de retrocesos a las normas de contaminación, encabezada por el anuncio de que potencialmente eliminaría un hallazgo histórico de 2009 del gobierno de Estados Unidos de que los gases que calientan el planeta, como el dióxido de carbono, representan una amenaza para la salud humana”.
Según este medio con sede en Londres, el llamado hallazgo de peligro proporciona la base para todas las reglas destinadas a reducir la contaminación que los científicos han encontrado inequívocamente que está empeorando la crisis climática.
La EPA tendría en la mira a casi todas las principales normas de contaminación para revisarlas o anularlas, lo que los ecologistas llaman un acto de «malicia hacia el planeta»

Cada vez hay más evidencia
“Por primera vez desde que mide la concentración de dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera, el Observatorio de Mauna Loa, en Hawái, registró 430,6 partes por millón el 7 de marzo. Nunca antes se había alcanzado esa cifra en una medición diaria, según informó el medio especializado Climática
Además de eso, el reciente mes de febrero fue el tercer mes más cálido registrado, con un aumento de 2,27 grados Fahrenheit (1,26 Celsius) por encima del promedio del siglo XX, de acuerdo con lo informado por la Administración Oceanográfica y Atmosférica Nacional estadounidense (NOAA).
La agencia de noticias EFE dijo que las temperaturas en febrero fueron significativamente más altas que el promedio en el sur de Suramérica, el Ártico, Eurasia central y el centro de Australia y que hay un 4% de probabilidad de que 2025 se convierta en el año más caluroso registrado.
La emergencia climática no es prioridad para Trump
El mundo fue testigo de los anuncios que hizo Trump apenas tomó las riendas del poder en los Estados Unidos, en su segundo periodo de gobierno. Según Climática, él y el responsable del Departamento de Eficiencia Gubernamental, Elon Musk, están desmantelando y boicoteando cuatro de “los organismos científicos y climáticos más importantes del país y del mundo bajo el pretexto del ahorro económico: la NASA, la NOAA, el IPCC y la EPA.
La más afectada hasta ahora es la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), encargada, entre otras cosas, de monitorizar diariamente los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera.
Además de retirarse de los acuerdos mundiales para la lucha contra la emergencia climática, ordenó que su país abandonara el fondo que compensa a los países más pobres por el calentamiento global, un compromiso que habían adquirido las naciones desarrolladas más responsables de la crisis climática para compensar en parte a los países en desarrollo por los daños irreversibles causados por el calentamiento global.
Y recientemente, siendo consecuente con sus posiciones, en una entrevista con Fox News, condenó a los «lunáticos climáticos» que predicen aumentos mínimos en el nivel del mar a lo largo de los siglos, mientras ignoran el inminente y verdadero peligro para la humanidad: «una guerra nuclear, que podría ocurrir mañana».
Pero no tendrá el camino libre. Jason Rylander, director legal del Instituto de Derecho Climático del Centro para la Diversidad Biológica dijo que «contra viento y marea, incendios furiosos y olas de calor mortales, Trump y sus compinches están empeñados en poner las ganancias de los contaminadores por delante de la vida de las personas. Esta medida no se sostendrá en los tribunales. Vamos a luchar en cada paso del camino».