Un análisis técnico preliminar del colapso del techo de la discoteca Jet Set en República Dominicana, ocurrido el pasado 8 de abril, ha revelado que la tragedia fue el resultado de una serie de factores estructurales acumulados a lo largo del tiempo, que comprometieron la integridad del edificio.
Jet Set, un inmueble originalmente construido como cine entre las décadas de 1960 y 1980, con modelos y diseños de esa época, de acuerdo al informe no era posible que soportara las transformaciones que se hicieron sobre su estructura original, la cual estaba diseñada bajo el esquema de un sistema de vigas y viguetas de hormigón prensado que la soportaban.
Según el informe, sobre la cubierta del edificio fueron instalados numerosos equipos técnicos de gran peso, entre ellos aires acondicionados industriales, generadores eléctricos y transformadores, cargas puntuales, no contempladas en el diseño original, que habrían generado tensiones excesivas sobre la zona central del techo, justo donde la estructura era más vulnerable.
De acuerdo a lo que se plantea en el referido informe, para la reconversión del espacio en una discoteca, se realizaron importantes modificaciones que, con el tiempo, habrían superado la capacidad de carga de la estructura original.
A estos factores se sumaron efectos dinámicos producidos por vibraciones constantes y los sistemas de sonido de alta potencia, característicos de un establecimiento de diversión nocturna, así como los propios equipos mecánicos, que generaban ondas de baja frecuencia que entraban en resonancia con elementos estructurales, amplificando las tensiones hasta en un 20% en momentos de mayor intensidad sonora.

El deterioro fue agravado por la acumulación de agua sobre la cubierta, por posibles fugas en los sistemas de aire acondicionado y deformaciones progresivas generaron charcos permanentes, incrementando la carga total y acelerando procesos de corrosión y fatiga en el hormigón y las armaduras.
El mecanismo de colapso habría seguido un patrón progresivo: microfisuras generadas por la combinación de sobrecarga y vibraciones, deformaciones permanentes, filtraciones de agua, pérdida de adherencia estructural y, finalmente, el fallo súbito de las viguetas y vigas principales.

Las conclusiones del informe señalan que el colapso no fue producto de un único evento, sino del deterioro acumulado a lo largo de años, posiblemente con señales previas que pasaron desapercibidas o no fueron atendidas.
Las recomendaciones de los especialistas incluyen la necesidad de evaluar estructuralmente todos los edificios reconvertidos a nuevos usos, limitar la instalación de equipos pesados en cubiertas antiguas y establecer regulaciones más estrictas sobre vibraciones y mantenimiento.
También se sugiere implementar sistemas de monitoreo estructural en espacios de alto tránsito o con equipos mecánicos pesados.
Esta tragedia, en la que murieron más de 230 personas, pone en evidencia los riesgos de modificar estructuras sin una evaluación técnica exhaustiva, y abre el debate sobre la seguridad de muchas edificaciones antiguas utilizadas actualmente con fines distintos a los originales, a lo que se suma la poca supervisión de las autoridades pertinentes.