Lo que comenzó como aranceles impuestos durante la primera administración Trump ha evolucionado hacia un conflicto multifacético que abarca desde vehículos eléctricos, armamento, semiconductores y productos agrícolas. Y el aluminio es clave.
Estas tensiones no son nuevas: tienen raíces en disputas históricas mediadas por la Organización Mundial del Comercio (OMC) y forman parte de una competencia global por el liderazgo económico y tecnológico.
Raíces históricas: disputas en la OMC y políticas económicas
Desde hace décadas, ambas partes han recurrido a la OMC para resolver disputas que abarcan desde subsidios a la aviación hasta medidas proteccionistas en sectores clave.
Sin embargo, un análisis de estas disputas revela un patrón interesante: tanto la UE como EE.UU., dos de las principales economías del mundo y fervientes defensores del libre comercio, han implementado medidas proteccionistas cuando sus intereses económicos se han visto amenazados.
Esta práctica, que contrasta con el discurso de libre mercado ante el resto del mundo, plantea interrogantes sobre la coherencia de sus políticas comerciales y su impacto en el panorama económico global.
El Caso del Acero (2002)
«En marzo de 2002, el presidente George W. Bush impuso aranceles de hasta el 30% sobre las importaciones de acero, argumentando que eran necesarios para proteger a la industria estadounidense de la competencia desleal y para darle tiempo a la industria nacional de reestructurarse», reseñó El País.
La UE respondió presentando una queja ante la OMC, que falló en contra de EE.UU. en 2003. Pero, este caso sentó un precedente para futuras disputas sobre metales, incluido el aluminio.
«La OMC determinó que los aranceles estadounidenses sobre el acero violaban las normas comerciales internacionales, lo que llevó a su eliminación en 2003.» — OMC, «Estados Unidos — Medidas de salvaguardia sobre las importaciones de acero» (2003) citaba el mismo medio un año después.
Subsidios a Boeing y Airbus
Una de las disputas más largas y costosas entre la UE y EE.UU. fue la relacionada con los subsidios a Boeing y Airbus. Durante más de una década, ambos bloques han impuesto aranceles recíprocos sobre productos como vino, queso y aviones, en un conflicto que debilita la confianza mutua.
«Esta disputa ha costado miles de millones a ambas partes y ha generado un clima de desconfianza que persiste hasta hoy.» publicaba la BBC, «La guerra comercial entre EE.UU. y la UE por Boeing y Airbus» (2021).
Proteccionismo y la Sección 232
La administración Trump marcó un punto de inflexión al imponer aranceles del 10% sobre el aluminio y del 25% sobre el acero bajo la Sección 232, alegando preocupaciones de seguridad nacional. La UE consideró estas medidas como un acto de proteccionismo y respondió con aranceles retaliativos.
«Los aranceles de Trump sobre el aluminio y el acero fueron un golpe directo a las relaciones comerciales transatlánticas y un desafío abierto a las normas de la OMC.» reseñó The Guardian.
Guerra Fría del Metal
El conflicto del aluminio no es un caso aislado. Está intrínsecamente relacionado con otras disputas comerciales que reflejan una competencia global por el control de sectores estratégicos.
Vehículos Eléctricos (EV)
La transición hacia la movilidad eléctrica ha convertido al aluminio junto con las llamadas tierras raras y el Litio en recursos estratégicos, ya que es esencial para la fabricación de baterías y chasis. En 2022, EE.UU. aprobó la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), publicada en el portal IRS de Estados Unidos (irs.gov) que otorga subsidios a los vehículos eléctricos fabricados en EE.UU., lo que la UE considera una medida “discriminatoria”.
«La IRA ha creado fricciones con la UE, que teme que sus empresas sean excluidas del mercado estadounidense de vehículos eléctricos», publicó Reuters.
Semiconductores
Los semiconductores son otro frente de batalla. Tanto la UE como EE.UU. están invirtiendo miles de millones para reducir su dependencia de Asia en la producción de chips. El aluminio, utilizado en la fabricación de semiconductores, es un componente clave en esta disputa.
«La carrera por los semiconductores ha llevado a ambos bloques a adoptar políticas proteccionistas que podrían afectar la cooperación transatlántica», publicado en Bloomberg.
Productos Agrícolas
Las disputas agrícolas entre la UE y EE.UU. tienen décadas de antigüedad, pero se han intensificado recientemente. En 2019, EE.UU. impuso aranceles sobre productos europeos como el queso y el vino en respuesta a los subsidios de la UE a Airbus.
«Estas medidas han generado un ciclo de retaliaciones que afecta no solo a los agricultores, sino también a otros sectores de la economía», reseñó Reuters.
¿Una Guerra Comercial Más Amplia?
Algunos analistas han expresado que dada las actuales tensiones entre la UE y EE.UU. estamos ante una «guerra comercial» más amplia.
«Las tensiones comerciales entre la UE y EE.UU. no son nuevas, pero lo que estamos viendo ahora es una escalada en sectores estratégicos como el aluminio, los semiconductores y los vehículos eléctricos. Esto no es solo una disputa sobre aranceles; es una competencia por el liderazgo tecnológico y económico en el siglo XXI.» Chad P. Bown, economista senior del Peterson Institute for International Economics (PIIE) reseñó SSRN
Por su parte, Valdis Dombrovskis, Vicepresidente de la Comisión Europea para el Comercio (2023) destacó la importancia de abordar prácticas comerciales desleales y de trabajar en estrecha cooperación con otros socios para defender el mercado interior frente a distorsiones causadas por el dumping y las subvenciones, publicado en Parlamento UE.