El Sahel Central, compuesta por los países de Malí, Níger y Burkina Faso, padece una situación político-social compleja, víctima del neocolonialismo europeo en la región de África Occidental, que por décadas han mantenido el dominio de esos países a nivel económico y político, causando que grupos locales armados y ejércitos mercenarios se enfrenten por el control de los territorios ricos de minerales, esta situación ha causado una inmigración constante de los habitantes de estos países, hacia Europa y otros países del África.
En los últimos años, estos tres países del Sahel Central, han padecido varios golpes de estado militares, comenzando por la larga crisis política en Mali, que se ha prolongado hasta la actualidad y donde se vivieron sendos golpes de estado en septiembre del 2020 y en abril del 2021.
También, Burkina Faso pasó por lo mismo en 2022 y en Níger se produjo un golpe de estado en julio del 2023. En los tres países francófonos se instauraron gobiernos militares anti francés que buscan rescatar su soberanía nacional tras expulsar al ejército francés de sus territorios.

Según, Nouhoum Sarr, miembro del Parlamento de Mali, después del golpe de estado los resultados fueron evidentes. «Casi todo el territorio nacional está ahora bajo control del Estado de Mali, cuatro años después la respetabilidad de nuestro país en el escenario internacional es incuestionable, cuatro años después la toma de decisión autónomas es una realidad”, señaló.
Saliendo de la órbita de Francia
El sentimiento anti francés, también ha permitido que Mali, Níger y Burkina Faso, oficialmente tomaran la decisión el pasado 29 de enero del 2025, de salirse de la Comunidad de Estados de África Occidental (CEDEAO), para así abrir un nuevo camino en las relaciones internacionales del Sahel y en el África occidental.
Ahora estos tres países del Sahel central han creado su propia organización conocida como la Confederación de Estados del Sahel (AES).

Un ejemplo de que se está consolidando la influencia de estos tres países del Sahel en la región de África Occidental, se notó con la declaración del ministro de exteriores de Togo, Robert Dussey, quien expresó “pregunte al pueblo togolés si Togo quiere unirse a la (AES) y verá su respuesta. Te diría que responderían con un sí”.
El pasado 20 de febrero del 2025, Costa de Marfil, otro país del África Occidental, decidió expulsar al ejército francés de su territorio, ejerciendo su soberanía nacional. De este modo el ejército marfileño tomó control de la última base francesa ubicada cerca de la ciudad de Abiyán, que estaba ocupaba desde 1978 por el 43º Batallón de Infantería de Marina Francesa.
El ministro de defensa de Costa de Marfil, Téné Birahima Ouattara, anunció que “el mundo cambia, y lo hace rápidamente. Está claro que nuestra relación de defensa también tenía que evolucionar y basarse más en las perspectivas futuras ante las realidades de las amenazas y las de un mundo que se ha vuelto complejo en términos de seguridad, y no en una relación de defensa inspirada en el pasado colonial”.

En los últimos años, las tropas francesas, presentes desde hace tiempo en África Occidental y en la región del Sahel han sido expulsadas de varios países francófonos, entre ellos están Níger, Burkina Faso, Senegal, Chad y recientemente Costa de Marfil.
El estado francés cada vez está perdiendo más influencia en África.
La experta en África Occidental y doctora en Ciencias Políticas, Beatriz Mesa, informó que Francia ha dado un giro radical a nivel geopolítico, porque no vinieron para traer mayor seguridad en la región del Sahel y el África Occidental sino para garantizar sus economías extractivistas.