
Respuestas enérgicas por parte de Canadá y la Unión Europea (UE) en contra de EE:UU por la política de aranceles de Trump. Ambos han anunciado medidas de represalia que podrían intensificar las tensiones comerciales a nivel global.
La Unión Europea anunció contramedidas por valor de 26.000 millones de euros en respuesta a los aranceles de Trump. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, criticó los aranceles estadounidenses como «impuestos perjudiciales» y subrayó que la respuesta europea será «contundente pero proporcionada».

Las medidas de la UE se implementará en dos fases, la primera fase (a partir del 1 de abril) donde se introducirá una lista previamente suspendida de productos estadounidenses que serán sometidos a nuevos impuestos.mientras que la segunda fase (a mediados de abril) se implementará tras consultas adicionales, para identificar y agregar más bienes y productos a la lista, incluyendo electrodomésticos, artículos de cuero y productos agrícolas.
Las contramedidas de la UE están diseñadas para ejercer presión sobre sectores clave de la economía estadounidense y tienen como objetivo influir en los estados políticamente sensibles. Entre los productos afectados se encuentran:
- Bourbon whiskey: Producido principalmente en Kentucky, estado con fuerte presencia republicana.
- Motocicletas: Incluyendo modelos icónicos fabricados en estados como Wisconsin.
- Productos agrícolas: Como maíz y soja, fundamentales para la economía de estados del medio oeste estadounidense.
Las relaciones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea han sido históricamente sólidas, representando conjuntamente alrededor del 60% del PIB mundial y una parte significativa del comercio global de bienes y servicios. Sin embargo, la reciente escalada en las disputas comerciales amenaza con desestabilizar esta relación.
La imposición de aranceles y las subsiguientes represalias podrían tener efectos adversos en las economías de ambas partes, afectando empleos, aumentando precios y alterando cadenas de suministro. La UE ha expresado su disposición a negociar para resolver la disputa, pero ha dejado claro que no dudará en defender sus intereses económicos.