En los primeros meses de 2025, las relaciones entre China y Taiwán han alcanzado niveles de tensión sin precedentes en las últimas décadas. La administración del presidente estadounidense Donald Trump ha implementado políticas que exacerban las disputas en la región, especialmente en el ámbito comercial y diplomático.
El presidente Trump anunció un régimen de aranceles recíprocos que impone un arancel base del 10% a todas las importaciones, con tarifas más altas para países con los que Estados Unidos mantiene déficits comerciales significativos.
China enfrenta un arancel total del 54%, compuesto por un nuevo gravamen del 34% añadido al 20% previamente establecido. Esta medida ha generado preocupación global por su potencial para desatar una guerra comercial y afectar a consumidores y fabricantes estadounidenses.
Además, durante una ceremonia en la Casa Blanca para anunciar los nuevos aranceles, el presidente Trump incluyó a Taiwán en una lista como un país separado, apareció en cuarto lugar bajo la categoría «País» en una tabla de aranceles, con una tarifa del 32%.
Esta clasificación contradice la posición de «Una sola China» que ha sido la base de la política exterior estadounidense durante décadas y ha enfurecido a Pekín.
Las raíces del conflicto actual se remontan a la Guerra Civil China (1927-1949), que culminó con la victoria del Partido Comunista de China (PCCh) liderado por Mao Zedong.
El gobierno del Kuomintang (KMT) se retiró a Taiwán, estableciendo allí la República de China (ROC). Desde entonces, Pekín ha considerado a Taiwán como una provincia rebelde y ha buscado su reunificación con el continente.
Estados Unidos, durante la Guerra Fría, adoptó la política de «ambigüedad estratégica» respecto a Taiwán. Aunque reconoció al PCCh como el gobierno legítimo de China en 1971, mantuvo relaciones no oficiales con Taiwán y se comprometió a ayudar a la isla a defenderse de una posible agresión china.
Este equilibrio ha permitido a Estados Unidos mantener relaciones diplomáticas con Pekín mientras apoya a Taiwán en términos militares y económicos.
Situación Actual y Posición de Estados Unidos
En los últimos años, Estados Unidos ha afirmado su compromiso con la seguridad de Taiwán. El secretario de Defensa, Lloyd Austin, de Biden manifestó preocupación por el «comportamiento coercitivo» de China en la región, especialmente en el Mar de China Meridional y alrededor de Taiwán. Durante una visita a Tokio en diciembre de 2024, Austin declaró:

«Ahora tenemos claros los desafíos a la paz y la estabilidad en esta región y en todo el mundo. Eso incluye el comportamiento coercitivo de la República Popular China en el Mar de China Oriental y el Mar de China Meridional y en otras partes de la región.»
Asimismo, el entonces secretario de Estado, Antony Blinken, ha expresado preocupación por las «acciones provocativas» de China en torno a Taiwán. En una reunión con su homólogo chino en julio de 2024, Blinken señaló:
«Planteó el tema de las personas encarceladas injustamente en China y la necesidad de avanzar en este punto.»
La administración Trump ahora, continua con el suministro de armas defensivas a Taiwán, reforzando su capacidad ofensiva. Al tiempo que los movimientos políticos comerciales y diplomáticos, como la imposición de aranceles y la clasificación de Taiwán como un país separado, han generado incertidumbre sobre el futuro de las relaciones trilaterales.