La administración de Donald Trump secuestró un segundo avión perteneciente al gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, que se encontraba en República Dominicana.
El secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, tenía previsto concretar tomar el avión durante su visita a Santo Domingo, como parte de su gira por países de América Latina.
Para que esto fuera posible, Rubio debió conceder exenciones a la congelación de los fondos a la Fuerza Multinacional desplegada en Haití, una solicitud presentada a principios de la semana pasada, según refirió AP citando un documento del departamento de Estado.
Según AFP, el acto tuvo lugar en un hangar militar de Santo Domingo donde asistieron, además de Rubio, un fiscal dominicano y un representante judicial estadounidense. Juntos pegaron en el costado de la aeronave con bandera venezolana, un cartel con la palabra «incautado».
«Vamos a ir sin descanso contra el régimen ilegítimo […], contra todo lo que esté sancionado», aseguró el funcionario judicial de EEUU ante Rubio y el fiscal local, reseñó RT.
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De acuerdo a las agencias de noticias, el avión secuestrado se trata de un Dassault Falcon 200 propiedad de la estatal Petróleos de Venezuela que fue utilizado por el presidente Maduro, sus principales asesores, la vicepresidenta y el ministro de Defensa para viajar por el mundo a países como Grecia, Turquía, Rusia o Cuba.
Con esta aeronave, EEUU suma dos aviones robados pertenecientes a Venezuela. El primero fue un Boeing 747-300 de la estatal Emtrasur, retenido en Argentina en junio de 2022 y enviado a Estados Unidos en enero 2024 y posteriormente descuartizado, apenas unos meses después de que Javier Milei asumió la presidencia del país suramericano.
En su momento, Venezuela condenó el robo y destrucción del avión de Emtrasur, afirmando que se trató de una actuación ilegal de Estados Unidos, en complicidad con la justicia argentina.