
Fiel al nuevo estilo de la administración Trump que ha mostrado una tendencia a tomar decisiones drásticas que luego son revertidas o ajustadas. El Departamento de Estado de Estados Unidos ha decidido restablecer ciertos contratos y subvenciones previamente cancelados que financiaban a medios de comunicación cubanos, proyectos de ayuda “humanitaria” y programas de «apoyo» en la isla.
Esta medida se produce en medio de una serie de recortes significativos en programas de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), supervisada actualmente por el Departamento de Estado, que afectaron al 83% de sus iniciativas, según declaraciones del secretario de Estado, Marco Rubio.
Entre las organizaciones beneficiadas por esta restitución de fondos se encuentra Cubanet, el medio de comunicación cubano más antiguo con sede en Miami, que había recibido una subvención trienal de 1.8 millones de dólares, ahora en proceso de revisión.
Asimismo, Cubalex, una organización que brinda asesoría legal a disidentes y familiares, también ha visto reactivado el financiamiento para un proyecto de dos años previamente suspendido.
Sin embargo, esta aparente rectificación contrasta con la reciente decisión de la administración de Donald Trump de desmantelar la Agencia de Estados Unidos para los Medios Globales (USAGM), lo que llevó al cierre de emisoras emblemáticas como Radio y TV Martí.
Esta acción ha generado fuertes reacciones de políticos, opositores y organizaciones que siguen a estos medios que adversan a la Revolución Cubana.
La comunidad de exiliados cubanos han expresado su preocupación por el futuro de la «promoción de la democracia” norteamericana en Cuba, especialmente tras el apagón de los transmisores de Radio Martí en los Cayos de Florida. Esta emisora, financiada por el gobierno de Estados Unidos, ha sido durante décadas una fuente vital en la lucha de EE.UU contra la revolución cubana.
Según Enrique Roig, quien dirigió la oficina durante la presidencia de Joe Biden, cerca de 60 contratistas con subvenciones fueron despedidos recientemente.
“Ya tienen poco personal y hay mucho trabajo por hacer en esos programas”, declaró, lamentando los recortes a programas en varios otros países de la región. “Periodistas independientes e importantes medios de comunicación de esos países están en terapia intensiva y han tenido que reducir su personal. Si las organizaciones locales no tienen cómo seguir pagando a su personal, esto tendrá un efecto dominó”, añadió.
Por su parte, Mario Díaz-Balart, un político estadounidense de origen cubano que actualmente representa al 26.º distrito congresional de Florida en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos afirmó que: “No hay claridad sobre la estrategia del gobierno para los programas de Cuba, ni siquiera para otros países”, declaró una fuente involucrada en proyectos humanitarios en el extranjero. “No tenemos con quién hablar y no se han proporcionado fondos. Por lo tanto, incluso si un proyecto no se cancela, tiene el mismo efecto que una suspensión, vigente desde el 24 de enero”.
En ese sentido, La Fundación Nacional para la Democracia (NED) que es una organización estadounidense que financia y apoya proyectos en todo el mundo con el objetivo de promover la democracia norteamericana y los intereses de Washington y recibe financiamiento directamente del Congreso, declaró que el gobierno liberó una parte de los fondos previamente congelados tras demandar al Departamento de Estado. Sin embargo, es probable que los fondos se destinen a pagar trabajos ya concluidos.