Las declaraciones de Scott Bessent EE.UU hizo que la controversia diplomática entre potencias escalara este martes luego de que la embajada de China en Argentina respondiera duramente a las recientes críticas del secretario del Tesoro de Estados Unidos, sobre los acuerdos comerciales y financieros entre la nación asiática y el país sudamericano.
En el marco de una reunión con el presidente argentino Javier Milei en Buenos Aires, Bessent instó al gobierno libertario a poner fin a la línea de crédito swap que mantiene con China. El funcionario estadounidense calificó los acuerdos de China en África como «rapaces» y «secretos», sugiriendo que el gigante asiático busca «adueñarse» de derechos minerales, una advertencia que extendió a la relación bilateral entre China y Argentina.

La representación diplomática china no tardó en emitir un comunicado, manifestando su «profundo descontento y categórico rechazo a las maliciosas difamaciones y calumnias» proferidas por el secretario del Tesoro.
La embajada acusó a «algunas personas con motivos encubiertos» de intentar «sembrar discordias» entre ambas naciones.
«Es falsa la afirmación sobre los acuerdos calificados de rapaces y las supuestas grandes cantidades de deuda en los que ha incurrido la República Popular China», sentenció la embajada, defendiendo que su país «acompaña a los países en desarrollo en su camino hacia el desarrollo, incluyendo a los de América Latina y de África, sin imponer ningún condicionamiento político». En un tono directo, la embajada china sugirió que si Estados Unidos no desea seguir este camino de cooperación, debería al menos abstenerse de «obstruir o sabotear deliberadamente la asistencia» de otros.
La respuesta china fue más allá, calificando la actitud de Estados Unidos como carente de «un mínimo respeto hacia los países en desarrollo y del Sur Global» y exponiendo el «carácter hegemónico e intimidatorio de un proceder inmoral».
La embajada también refutó las acusaciones sobre la supuesta intención de China de delinear una esfera de influencia o apuntar contra terceros en su cooperación con Latinoamérica, la cual, aseguraron, se basa en «principios de trato en pie de igualdad, beneficio mutuo y ganancias compartidas».
En este sentido, exhortaron al gobierno de Trump a «desintoxicar su mente» y dejar de lado las tácticas de «desacreditar y atacar en forma recurrente a China».
Finalmente, la embajada china arremetió contra la justificación estadounidense de imponer aranceles a productos chinos, describiéndola como «unilateralismo, proteccionismo y ‘bullying’ económico».
Acusaron a EE.UU. de intentar «ensuciar» la cooperación normal de China con otros países con la «malvada intención» de frenar su desarrollo industrial, calificándolo como una «flagrante coerción económica e intimidación de carácter hegemónico».
A pesar de las tensiones, China reafirmó su compromiso de trabajar con países de todo el mundo para defender los principios de «consulta entre todos, aporte de todos y beneficios para todos», así como su perseverancia en el «multilateralismo genuino» y la salvaguarda del sistema internacional centrado en la ONU y la OMC.
Este intercambio de declaraciones pone de relieve la creciente competencia geopolítica y económica entre Estados Unidos y China, con Argentina como un escenario más en esta compleja dinámica global.