El 28 de enero, el Primer Ministro de Serbia, Milos Vucevic, dimitió públicamente a raíz de las masivas manifestaciones por el trágico colapso de la estación de tren de Novi Sad, ocurrido en noviembre de 2024, con un saldo de 15 personas muertas.
La presidenta del Parlamento, Ana Brnabic leyó este miércoles 19 de marzo la dimisión de Vucevic y agradeció «su desempeño honorable y honesto» en el cargo de jefe de Gobierno del país balcánico, de acuerdo al medio serbio Danas.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, ha dicho que de no formarse un nuevo gobierno en los próximos 30 días, convocará a elecciones anticipadas para el 8 de junio, tan solo un año después de las últimas elecciones generales. El mandatario también ha rechazado la propuesta de la oposición de un «gobierno de transición» como respuesta a la actual crisis política que atraviesa el país.
¿Serbia a las puertas de un Maidán a lo Ucrania?
El mandatario manifestó hace unos pocos días, que a pesar de haber atendido las demandas de la población, con respecto a este fatídico accidente, el objetivo de fondo sigue siendo «una revolución de colores para derrocar al gobierno».
Vucic incluso ha comparado la actual situación de Serbia con el Euromaidán en Ucrania de 2014, el golpe de estado que se llevó a cabo en ese país para derrocar al presidente Víktor Yanukovich, y que fue apoyado por occidente a través de Organizaciones No Gubernamentales (ONG), como la USAID.
El sábado pasado más de 100 mil personas se concentraron en Belgrado, capital serbia, para continuar denunciando lo que ellos consideran «un gobierno corrupto», estas cifras de acuerdo a fuentes policiales de ése país.
Vucic aseguró que se encontró material incendiario y armas en un auto robado cerca de las instalaciones de la radiotelevisión pública serbia, de acuerdo a Europapress
Esta postura también ha sido denunciada por Rusia, que ha dicho que detrás de todas esta campaña, está la intención por parte de occidente, de que Belgrado abandone sus relaciones históricas y de amistad con Moscú.