Kilmar Ábrego García, un salvadoreño residente legal en Maryland desde 2011, se convirtó en el centro de una controversia migratoria internacional tras ser deportado erróneamente a El Salvador, a pesar de una orden judicial que impedía su salida de Estados Unidos. Su caso pone en tensión al sistema judicial estadounidense, al gobierno de Donald Trump y al presidente salvadoreño Nayib Bukele.
Kilmar Ábrego García: detenido sin pruebas y deportado por error
Kilmar Armando Ábrego García, de 29 años, llegó a Estados Unidos escapando de amenazas de pandillas en su país natal. Durante años vivió en Maryland con estatus legal, hasta que en 2019 fue arrestado en un estacionamiento de Home Depot junto a otros jornaleros. Un informante anónimo lo acusó de tener vínculos con la pandilla MS-13, aunque nunca se presentaron cargos criminales.
Jamás se encontraron pruebas ni evidencia sólida que vincularan a Ábrego con la MS-13. Fue una acusación sin sustento “no hay evidencia para retener” afirmó la jueza federal Paula Xinis, quien luego declaró inconstitucional su arresto y detención prolongada.
Abrego García solicitó asilo, mientras que su abogado presentó un “voluminoso expediente probatorio que establece su elegibilidad para la protección y refuta la acusación infundada de pertenencia a una pandilla”.
Tras años de apelaciones y procedimientos migratorios, un juez ordenó suspender su deportación, reconociendo que Ábrego enfrentaba un alto riesgo de persecución si regresaba a El Salvador.
Sin embargo, en marzo de 2025, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) ejecutó la deportación en lo que calificó posteriormente como un error administrativo.
El señor Ábrego fue deportado por error debido a una falla de coordinación interna entre oficinas regionales de ICE”, reconoció un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS)
El director de la oficina de ICE, Robert Cerna, describió la deportación en una declaración judicial como «un error». Dijo que Abrego-García «no estaba en el manifiesto inicial del … vuelo que se trasladará a El Salvador», pero «más bien, él era un alternativo».
Como otros detenidos «fueron retirados del vuelo por varias razones», Abrego-
García «subió por la lista y fue asignado al vuelo», dijo Cerna.
Añadió: “El manifiesto no indicó que Abrego-García no debería eliminarse.
“A través del error administrativo, Abrego-García fue deportado de los Estados Unidos a El Salvador.
Una vez en El Salvador, fue trasladado al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), una prisión de máxima seguridad conocida por sus condiciones severas. Desde entonces permanece detenido sin juicio ni contacto con su familia, bajo acusaciones no comprobadas.
Tensión entre poderes por el caso de Kilmar Ábrego García.
La Corte Suprema de Estados Unidos intervino en el caso a inicios de abril de 2025 y ordenó unánimemente que el gobierno “facilite” el retorno de Ábrego al país. El fallo establece que su caso migratorio debe continuar como si la deportación nunca hubiese ocurrido.
La jueza federal Paula Xinis emitió duras críticas contra el gobierno de Estados Unidos por la deportación errónea de Kilmar Ábrego García, calificando el acto como «totalmente ilegal».
Xinis dijo que si el gobierno no podía citar la autoridad legal bajo la cual lo expulsaban, «entonces no hay fundamento para haberlo detenido en primer lugar. Así lo veo».
Sin embargo, la administración del presidente Donald Trump es renuente a implementar la orden. Según Trump, “no hay ninguna obligación legal de repatriarlo porque ya no está bajo custodia de Estados Unidos”, e incluso ha considerado enviar a criminales estadounidenses a cárceles salvadoreñas como el CECOT, diciendo que “es una gran instalación”.
El vicepresidente JD Vance escribió en las redes sociales, sin pruebas, que Abrego García era un miembro convicto de la pandilla MS-13 y la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, esta semana se hizo eco de Vance.
“La administración mantiene la posición de que este individuo que fue deportado a El Salvador y no regresará a nuestro país era miembro de la brutal y cruel pandilla MS-13”, dijo Leavitt. Según publicó el Ohio Journal.
La situación se complica aún más con la postura del presidente Nayib Bukele, quien se negó rotundamente a liberar o devolver a Ábrego, aludiendo que se trata de un “terrorista” y que “la pregunta es absurda” cuando se le cuestionó sobre la posibilidad de enviarlo de vuelta a Estados Unidos.

Bukele argumentó que no tiene autoridad para liberarlo debido a su encarcelamiento bajo cargos relacionados con terrorismo, a pesar de que no existen pruebas judiciales en su contra. Mientras tanto, organismos de derechos humanos califican el caso como un grave atropello a las garantías procesales y los derechos migratorios.
«No puedo contrabandear a un terrorista a EE.UU» sentenció Bukele durante una rueda de prensa conjunta en su visita oficial a la Casa Blanca.
El caso de Kilmar Ábrego García reveló fallos críticos en el sistema migratorio estadounidense y una preocupante indiferencia política ante una deportación inconstitucional.
La falta de coordinación entre el poder judicial y el ejecutivo, sumada a la negativa del gobierno salvadoreño, deja a Ábrego en un limbo legal sin precedentes al igual que cientos de venezolanos deportados y encarcelado en el Salvador. Mientras tanto, las familias, y organizaciones de derechos civiles continúan exigiendo justicia y su retorno a EE. UU.