La pérdida incluye décadas de investigación sobre cambio climático, salud pública, justicia ambiental y fenómenos meteorológicos extremos, entre otros
Los investigadores en Estados Unidos, que ya estaban preocupados por los recortes a la inversión en programas de investigación y a las becas en instituciones públicas o universidades que lideran proyectos de monitoreo, análisis de temas tan sensibles como la salud pública, la emergencia climática, y fenómenos meteorológicos extremos, ahora se mostraron desesperados tratando de rescatar datos científicos críticos en ese país que están siendo eliminados de sitios web gubernamentales, según un artículo publicado por la BBC.
“Nadie sabe cuándo llegará la próxima alerta o solicitud para salvar una parte de los datos climáticos en poder del gobierno de EE. UU. Dichos datos, disponibles en línea desde hace mucho tiempo, siguen siendo eliminados por la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump”.

Eliminación de datos sin discriminación: La administración Trump ha ordenado la eliminación masiva de información pública, justificándolo como una medida para reducir «desperdicio» e «ineficiencias». Entre los datos afectados están:
Información climática: Modelos de predicción, registros históricos y bases de datos sobre emisiones de gases de efecto invernadero.
Herramientas clave: Servicios como EJScreen (mapeo de riesgos ambientales en comunidades vulnerables) fueron retirados de la web de la Agencia de Protección Ambiental de los EE. UU.
Datos de salud: Información sobre género, diversidad y enfermedades de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.
Descargarlos antes de que desaparezcan
Desde las organizaciones afectadas y de manera individual, los científicos comenzaron a buscar la forma de salvar datos, buscando mecanismos para respaldarlos.
Desde 2024 se están buscando soluciones. Cathy Richards trabaja para una de las organizaciones que descargan y archivan datos públicos antes de que desaparezcan.
En el trabajo periodístico narran como científicos llaman a Richards desesperados por saber que los datos que han pasado su vida profesional recopilando serán rescatados. «Se oye la urgencia», dice. «Entiendes que esta es la cantidad X de años de investigación de alguien y este es su bebé”.
Ya han archivado datos repletos de información sobre los peligros de inundaciones en Estados Unidos, las emisiones de gases de efecto invernadero, la producción de energía y la justicia ambiental, entre otros temas. Otros investigadores han recreado una herramienta que pronostica el riesgo de futuros peligros climáticos en Estados Unidos.
Los riesgos de quedarse sin los datos
Según señala BBC, los científicos han expresado temores sobre una amplia gama de recursos que podrían estar en lista para ser borrados, desde registros meteorológicos históricos hasta datos recopilados por satélites de la NASA”.
Como ejemplo señalan que “el 16 de abril, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) anunció que estaba previsto que a principios de mayo se eliminara una lista de conjuntos de datos relativos a la vigilancia de los océanos”.
Los desafíos logísticos son enormes por el volumen de datos y creen que almacenar copias en plataformas privadas, como servidores de empresas tecnológicas podría hacerlas vulnerables a futuras censuras.
Además, la descentralización de los datos dificulta que el ciudadano común encuentre la información.
La eliminación de estos datos no solo afecta la investigación actual, sino también la capacidad de futuras generaciones para entender y mitigar crisis ambientales.
Fuga de cerebros de la ciencia en EE.UU.
Un análisis de la Revista especializada Nature, señala que investigadores en EE.UU. están buscando oportunidades profesionales en el extranjero a medida que la administración del presidente Donald Trump recorta los fondos para la ciencia y las cifras de la fuerza laboral.
“Los datos de la plataforma global de empleos científicos Nature Careers muestran que los científicos estadounidenses presentaron un 32% más de solicitudes de empleo en el extranjero entre enero y marzo de 2025 que durante el mismo período de 2024. Al mismo tiempo, el número de usuarios con sede en EE. UU. que buscan trabajos en el extranjero aumentó en un 35%” según los datos de la publicación.
Canadá ha sido el principal destino al que apuntan los científicos estadounidenses y países europeos al ver la coyuntura abrieron plazas para captar estos cerebros que ahora buscan opciones fuera de EE. UU.