El presidente Gustavo Petro ha anunciado la inminente declaratoria de emergencias sanitaria y económica en Colombia como respuesta al brote de fiebre amarilla, una enfermedad que ya ha cobrado la vida de al menos 32 personas y amenaza con expandirse a nuevas regiones.
El mandatario vinculó la emergencia sanitaria a la urgencia de recursos adicionales, en un contexto de déficit fiscal y debates sobre el adelanto de impuestos a empresas para financiar el presupuesto nacional. El anuncio ha generado diversas reacciones en el Congreso. Mientras algunos legisladores de de derecha exigen una estricta vigilancia sobre el uso de los recursos y cuestionan la pertinencia de la medida, otros reconocen la necesidad de una respuesta rápida ante la alerta epidemiológica.
Petro subrayó que la expansión del mosquito Aedes aegypti, vector de la fiebre amarilla, es consecuencia directa del calentamiento global y la deforestación, fenómenos que han desplazado al insecto desde la Amazonía hacia zonas rurales y montañosas del Tolima, donde se originó el brote en septiembre pasado. El presidente hizo un llamado a la calma y a la solidaridad, recordando que la fiebre amarilla, aunque conocida y con una vacuna eficaz, puede alcanzar tasas de mortalidad superiores al 40% en poblaciones no inmunizadas.
Petro sostiene que solo una respuesta contundente y coordinada, basada en la prevención, la vacunación masiva y el fortalecimiento del sistema público de salud, podrá evitar que la fiebre amarilla se convierta en una nueva catástrofe sanitaria.