Bajo la administración del ex presidente Luis Herrera Campins (1979 – 1984), ocurrió el famoso viernes negro, donde se implementaron medidas proteccionistas con el control de cambio que alteraron el respaldo económico del país, originando una disminución del valor del bolívar y fomentando una depresión económica en el país que afectaba el poder adquisitivo de los venezolanos, a esto se le sumó la mala implementación de políticas sociales que evitaran la decadencia del nivel de vida, por ejemplo, en los sectores periféricos y marginados que coexistían alrededor de las principales ciudades del país, se notaban ranchos de cartón y niños descalzos, expuestos a la anquilostomiasis, entre otras enfermedades parasitarias.
Durante la década de 1980, el sistema político venezolano edificado a través del pacto de punto fijo se corrompió y dejo de tener credibilidad, los niveles de abstención en el sufragio aumentaron en las elecciones, y la crisis interna se prolongó afectando los bolsillos de los venezolanos, esta mala administración pública se acrecentó con el gobierno de Carlos Andrés Pérez, Las medidas neoliberales impuestas al país, por parte de sus asesores económicos, supuestamente iban a mejorar la economía venezolana, pero más bien la endeudo, ya que al pedirles créditos al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial, se quedaría el gobierno venezolano pagando elevadas cuotas en intereses de esa mala negociación, que indujo el paquetazo neoliberal que exigía aumentar los servicios públicos, como la luz, el agua, la comida, la gasolina y el pasaje de los transporte, el aumento de estos dos últimos servicios fueron fundamentales para ocasionar las protestas estudiantiles que fueron el catalizador del estallido social del 27 de febrero de 1989, conocido internacionalmente como el Caracazo.
Descontento estudiantil
El descontento estudiantil se inició en Guarenas, una ciudad que se encuentra a tan solo 15 kilómetros del este de Caracas, por autopista son 20 minuto aproximados para poder llegar a la ciudad capital. También es considerada como una ciudad dormitorio.
En la mañana del 27 de febrero de 1989, en Guarenas se empezó a sentir los primeros focos de protestas conformados por los movimientos estudiantiles de los diversos colegios públicos y privados, como el Benito Canónico, la técnica de los Naranjos, el Antonio José de Sucre, entre otros. Los cuales planificaron no ir a clase e iniciar la protesta pacífica, trancando la calle y la avenida intercomunal de Guarenas, diagonal al terminal de Trapichitos, cerca del retorno a la ciudad de Caracas, aproximadamente a las 8:30 am.
El fin de la protesta estudiantil, era ir en contra del aumento del pasaje y del elevado precio de los alimentos, la población local se vio afectada debido a que muchos comerciantes acapararon los víveres y otros los tenían con sobre precio, de manera especulativa. El plan de los manifestantes estudiantiles era estar allí en la calle hasta que llegaran los medios de comunicación y se denunciara a la luz pública lo que se estaba padeciendo en Guarenas.
Sin embargo, a tan solo 20 minutos de haberse iniciado la protesta estudiantil llego la policía a reprimirla de forma salvaje y brutal. Los dirigentes estudiantiles quedaron chocados, ya que ni se interesaron en preguntar el motivo de la protesta, una vez más, como estaban acostumbrados hacerlo de forma despótica e inhumana, agarraron a unas de las muchachas de bachillerato y la agredieron con los rolos y peinillazos, esto ocasionó la respuesta por parte de los estudiantes de 4to y 5to año de bachillerato, los cuales se empezaron a defender con lo que encontraban a su alrededor, botellas, piedras, etc. Este enfrentamiento duraría aproximadamente 2 horas, según el testimonio de uno de los estudiante que participó en la protesta, Richard Wilhelm (42), quien nos confesó que:
“… al verse serio el choque con las fuerzas del estado, se sumaron a la protestas los vecinos de los alrededores, allí ya participarían ciudadanos mayores de edad, realmente era el pueblo de a pies que se sentía bravo al ver como maltrataban a la juventud rebelde, hubo un cambio en la protesta se comenzó a poner violenta ya que nos lanzaban bombas lacrimógenas, y disparos con armas de fuego tanto de la policía, como de los dueños de los locales comerciales que se vieron afectado no por nosotros sino por un grupo de personas que aprovecharon la ocasión para saquear, yo pude percibir que desde el piso 1, del CC. Miranda, disparaban hacia la multitud de gente sin importarle que hubieran personas menores de edad, nos comenzamos a ver entre la espada y la pared, (…) posteriormente decidimos irnos, cuando llego el grupo exterminio de la policía metropolitana apodados los “pantaneros” con armas de fuego y las tanquetas…”
Posterior a la protesta estudiantil anteriormente descrita, fue que al mismo día en la tarde se comenzaría el estallido social en la ciudad de caracas, ese día fue que se rebeló el pueblo contra las acciones económicas impuestas por el régimen de Carlos Andrés Pérez, es importante afirmar que ni el parlamento, ni los partidos políticos tomaron en cuenta el fenómeno en sus verdaderas magnitudes, hubo una especie de modus operandi por parte de la institución cástrese en hacer todo lo necesario por aplacar en el menor tiempo posible el estallido social.
Dado el carácter simultaneo, masivo, sorpresivo y violento de los acontecimientos, la Guardia Nacional y el Ejercito no pudo controlar los disturbios inicialmente, por lo cual se decretó el estado de emergencia y toque de queda, allí las Fuerzas Armadas asumieron el control del orden público y se estableció un toque de queda a lo largo y ancho del territorio nacional. Pasado los 10 días del desorden social, el presidente solicitó la autorización del Congreso para mantener el estado de emergencia, el cual fue aprobado aun cuando se restablecieron algunas garantías y se suprimió el toque de queda.
Según las denuncias emitidas por los familiares de las víctimas del Caracazo, los restos de sus familiares están en las fosas comunes echas por la Guardia Nacional y el ejército de la cuarta república, ellos siguen reclamando justicia, porque no fueron escuchados por el ex presidente Carlos Andrés Pérez, ni tampoco por la institución responsable de garantizar la justicia como lo fue la extinta Corte Suprema de Justicia, por eso los familiares de las victimas decidieron organizarse y activaron el comité de familiares de víctimas COFAVIC y en el año 1992 deciden elevar los diversos casos de desapariciones y asesinatos ante la Corte interamericana de los derechos humanos (CIDH), la cual no ha dado respuesta hasta la fecha.