El diseñador angloamericano Reed, que también es director artístico de Nina Ricci, presentará su marca homónima en la Tate Britain. La etiqueta es conocida por sus siluetas dramáticas, a menudo rematadas con halos sobredimensionados confeccionados con papel pintado reciclado y telas para interiores.
El diseñador de 28 años, reconocible al instante por su larga melena pelirroja, acaparó la atención mundial en 2020 cuando diseñó la falda de crinolina que lució Harry Styles en la portada de Vogue. Styles hizo historia como el primer protagonista masculino en solitario de la portada de Vogue estadounidense en su número de diciembre de 2020. Su trabajo encarna el «romanticismo no binario», un estilo que ha cautivado a celebridades como Lil Nas X, Adele y Beyoncé.
Durante los próximos cuatro días, Erdem, Simone Rocha, Richard Quinn, Roksanda y la icónica Burberry desvelarán sus colecciones otoño-invierno 2025, siendo Burberry la encargada de clausurar el evento.
Actualmente enfrentada a desafíos, la marca patrimonial es objeto de especulaciones sobre la marcha de su director creativo, Daniel Lee. Tras incorporarse hace poco más de dos años, Lee se ha esforzado por modernizar la marca, aunque con resultados dispares.
Múltiples informes sugieren que podría ser sustituido por el diseñador británico Kim Jones, que abandonó su puesto en Dior Homme a finales de enero tras siete años.
JW Anderson, ausente
Una de las ausencias más sonadas de esta temporada es la de JW Anderson, la marca del diseñador norirlandés Jonathan Anderson. Anderson también es director creativo de Loewe y se le ha mencionado como posible candidato para Dior.
El diseñador del año de los British Fashion Awards 2024 también estuvo ausente de la Semana de la Moda Masculina de Milán y de la Semana de la Moda de París para hombre, donde Loewe -al igual que Dior- forma parte de la cartera de LVMH.
La sostenibilidad en primer plano
Por primera vez, los jóvenes diseñadores seleccionados para el programa NewGen del British Fashion Council (BFC) están obligados a cumplir criterios de sostenibilidad en la producción de sus colecciones.
La iniciativa se alinea con el enfoque ecoconsciente de la Semana de la Moda de Copenhague, que introdujo medidas similares en 2023.
El objetivo es ampliar gradualmente los requisitos de sostenibilidad a todas las marcas que desfilen en Londres.
En noviembre, el BFC también anunció la prohibición de pieles de animales exóticos -como cocodrilos y serpientes- a partir de esta edición de otoño-invierno 2025. Sin embargo, la medida es en buena parte simbólica, ya que ninguna marca del calendario de la Semana de la Moda de Londres utiliza actualmente estos materiales.
«Un periodo difícil»
Esta edición de la Semana de la Moda de Londres es casi un día más corta que la de otoño-invierno 2024 del año pasado, con diseñadores como Molly Goddard y Sinéad O’Dwyer ausentes del calendario.
Otros, como Dilara Findikoglu y Conner Ives, han reducido la frecuencia de sus desfiles a una vez al año, mientras que algunos se han limitado a presentaciones o reuniones íntimas en lugar de desfiles completos.
Caroline Rush, directora ejecutiva del BFC, reconoció que las marcas británicas están atravesando un periodo especialmente difícil, afectadas por la pandemia, el Brexit y el cierre en 2024 de Matchesfashion, la plataforma de comercio electrónico de lujo.
«Estamos trabajando estrechamente con estas empresas para apoyarlas durante este periodo», declaró Caroline Rush a la AFP, subrayando la importancia de la Semana de la Moda de Londres como plataforma que atrae a personas influyentes, periodistas y compradores de todo el mundo.
«Cuando empecé hace 16 años, la primera pregunta que me hicieron fue: ‘¿Siguen siendo relevantes las Semanas de la Moda?», recordó Rush, que dejará su cargo en los próximos meses.
«Creo que son muy relevantes. Especialmente en Londres, tenemos tantas pequeñas empresas independientes que necesitan una plataforma para llegar a un público global», añadió.
Rush será sucedida por Laura Weir, directora creativa de Selfridges y antigua periodista de British Vogue.
Según el BFC, la industria británica de la moda emplea a 800 000 personas y aporta casi 30 000 millones de libras a la economía del país.
