El Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966, entre la República de Venezuela y el Gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y la Guyana Británica, fue favorable y fundamentalmente importante jurídicamente para Venezuela.
Se logró la reapertura oficial de la discusión sobre el Irrito Laudo Arbitral de París de 1899, que hasta entonces parecía haber estado cerrado.
Con la suscripción del Acuerdo de Ginebra se destruyó la intangibilidad del mencionado Laudo Arbitral de París.
Al mismo tiempo se reactivó la posibilidad para Venezuela de reiniciar sus quejas derivadas de la inconformidad con las injustas conclusiones del referido Laudo Arbitral considerado irrito jurídicamente por sus vicios intrínsecos.
En virtud del Acuerdo de Ginebra, se estableció una comisión mixta, con el propósito de buscar soluciones prácticas y satisfactorias para el arreglo pacífico de la controversia entre las partes.
Históricamente la controversia territorial por la Guayana Esequiba es el caso más antiguo por resolver para la diplomacia venezolana.
Actualmente el gobierno de Venezuela ha dejado claro que el Acuerdo de Ginebra es la única vía para avanzar en la negociación y solución directa de la controversia.
Así lo ratificaron 10 millones de electores venezolanos que participaron en el referendo consultivo por la defensa del Esequibo del 3 de diciembre del 2023.