Una práctica que sigue afectando a más de 200 millones de mujeres y niñas en todo el mundo, y que es reconocida como una violación grave de los derechos humanos.
La mutilación genital femenina (MGF) no solo causa dolor físico y psicológico, sino que también perpetúa la desigualdad de género y limita las oportunidades para que las mujeres ejerzan sus derechos.
Es recordar el legado de Stella Obasanjo, quien para ese entonces ejercía como primera dama de Nigeria y portavoz de la Campaña contra la Mutilación Genital Femenina (MGF), cuya voz resonó en 2013 durante una conferencia clave.
Las Naciones Unidas han establecido el objetivo de eliminar la MGF para 2030, alineándose con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5, que busca lograr la igualdad entre géneros.
Se estima que 190.000 niñas en 17 países europeos corren el riesgo de ser sometidas a la mutilación genital femenina.
Itziar Pintado, señala en el portal ConSalud.es, que la Comisión Europea y el Alto Representante, Vicepresidente Kallas han reafirmado su firme compromiso de erradicar esta práctica tanto en Europa como en el resto del mundo.
“La mutilación genital femenina es una violación de los derechos humanos y una forma atroz de violencia contra las mujeres y las niñas. Se calcula que más de 200 millones de mujeres en todo el mundo, incluidas al menos 600.000 en Europa, han sido sometidas a la mutilación genital femenina. Es un medio para afirmar la dominación y el control social sobre las mujeres y las niñas”, Señala la Comisión en un comunicado oficial.
La UE destinará 23 millones de euros a través del capítulo DAPHNE del Programa Ciudadanos, Igualdad, Derechos y Valores (CERV) para financiar iniciativas dirigidas a combatir la violencia de género y la violencia contra los niños, incluido el fortalecimiento de los sistemas de protección infantil.