El gobierno mexicano negó el acceso a su territorio a un avión militar estadounidense cargado con migrantes deportados y frustró los planes de la administración Trump de trasladar inmigrantes al país.
Este hecho, reportado por funcionarios de defensa estadounidenses y otras fuentes, suma tensión a la relación entre ambas naciones.
Según los reportes, dos aviones C-17 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos con destino a Guatemala despegaron el jueves por la noche,con 80 personas cada uno.
Sin embargo, el tercer vuelo, programado para México, no recibió autorización para despegar.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha manifestado su rechazo a las políticas unilaterales de Trump, como la reinstauración del plan llamado «permanencia en México», una norma jurídica que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano mientras sus casos son procesados en Estados Unidos.
El plan llamado «permanencia en México» ha sido calificado como una carga injusta por las autoridades mexicanas.
El traslado de deportados a un país extranjero requiere la cooperación del gobierno receptor.
En este caso, México se negó a autorizar la entrada del avión y ratificó de esta manera, su oposición a colaborar en medidas que considera unilaterales e injustas.
Durante su campaña presidencial, Trump prometió detener el flujo de inmigrantes irregulares y lanzó una ofensiva inmediata al firmar órdenes ejecutivas que fortalecen las deportaciones masivas.
Organizaciones de derechos humanos, gobiernos extranjeros y comunidades de migrantes están aterrorizadas y denuncian el impacto humanitario de estas políticas.