«Estoy condenado, hermano. Hasta acá llegué», dijo el ex mandatario uruguayo, de 89 años.
El ex presidente de Uruguay, José «Pepe» Mujica, reveló que el cáncer de esófago que padece se extendió por todo su cuerpo. «Me estoy muriendo, ya terminó mi ciclo», dijo visiblemente conmocionado.
«El cáncer en el esófago me está colonizando el hígado. No lo paro con nada. ¿Por qué? Porque soy un anciano y porque tengo dos enfermedades crónicas. No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni la cirugía porque mi cuerpo no lo aguanta», explicó en diálogo con un medio de prensa uruguayo.
«Que me pichicateen (me inyecten) y cuando me toque morir, me muero. Así de simple como te lo digo. Estoy condenado, hermano. Hasta acá llegué», dijo el ex presidente.
«Lo que quiero es despedirme de mis compatriotas. Es fácil tener respeto para los que piensan parecido a uno, pero hay que aprender que el fundamento de la democracia es el respeto a los que piensan distinto. Por eso, la primera categoría son mis compatriotas y de ellos me despido. Le doy un abrazo a todos», expresó.
La entrevista se desarrolló en un clima de reflexión, de confesión íntima y también de respeto ante su decisión de no seguir con los tratamientos médicos anticáncer.
«El Pepe» dijo que no dará más notas a la prensa, pidió que lo dejen tranquilo y con el lenguaje sencillo que lo caracteriza remató: «Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso».
Para pensar el verdadero sentido de la vida: ¿Quién mierda es insustituible? Vos te morís y el mundo sigue dando vueltas
Vendrán mil homenajes, mil despedidas y otras tantas manifestaciones de reconocimiento a su legado. Volarán las fotos en todas las redacciones de los medios de comunicación, lo mostrarán con su traje de guerrillero y la dulce alegría al ver a su mascota, con sus canas al viento, sus zapatos de hombre de pueblo, sus gestos devenidos en palabrotas brotando de esa boca que se llevó puesta a más de un colega y generó carcajadas políticamente incorrectas.
Pero en este momento aún estamos a tiempo de aprovechar el mensaje del hombre que ya es leyenda viva:
«La vida es una hermosa aventura y un milagro. Estamos demasiado concentrados en la riqueza y no en la felicidad. Estamos concentrados solo en hacer cosas y, cuando te querés acordar, se te pasó la vida al pedo. Yo la viví muy bien. Mi vida es un poco una novela. La presidencia es solo una pavada, un capítulo más. Además, yo no me había ni propuesto ser presidente. Se dio así el juego. Igual, siempre viví al mango. Eso, más que una manera de pensar, es temperamento».