La exposición prolongada a pantallas se ha convertido en un riesgo silencioso para la salud visual global. Según datos recientes, el 50% de los usuarios de computadoras experimenta fatiga visual digital, un síndrome caracterizado por sequedad ocular, visión borrosa, lagrimeo y cefaleas. Este fenómeno se agrava en poblaciones vulnerables: un estudio de Cáritas (2022) alerta que 1 de cada 3 niños sufre molestias oculares por el uso excesivo de dispositivos, mientras que el 30% de los adolescentes podría desarrollar miopía en la próxima década
¿Por qué ocurre?
Al mirar pantallas, el parpadeo se reduce de 15 veces por minuto a menos de 7, dejando los ojos expuestos a la deshidratación y la tensión muscular. Además, la luz azul emitida por los dispositivos digitales incrementa el riesgo de daños retinales a largo plazo, especialmente en menores de 25 años.
- Regla 20-20-20: Cada 20 minutos, mirar un objeto a 6 metros durante 20 segundos.
- Ajustar brillo y posición: La pantalla debe estar a un brazo de distancia y ligeramente por debajo del nivel de los ojos.
- Uso de lágrimas artificiales: Para combatir la sequedad ocular en casos persistentes.
- Filtros de luz azul: Protección esencial en lentes para reducir el impacto de las pantallas LED.
La fatiga visual digital no es solo una molestia; puede afectar significativamente la calidad de vida. Así que recuerda acudir a un oftalmólogo ante la presencia de molestias oculares.