Las medidas de la Casa Blanca tienen a México con nervios de acero. El país es considerado un centro fiable de producción de automóviles.
La gente de la calle está dividida entre quienes temen a los aumentos de precios y quienes tienen fe de las acciones de protección que pone en marcha con su santa paciencia, la presidenta Claudia Sheinbaum.
Fuerte crecimiento de las empresas proveedoras
«Durante el primer mandato de Trump, se renegoció el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC) por primera vez en muchos años. La industria automotriz fue la principal beneficiada”, dijo a DW Thomas Karig, consultor administrativo y exvicepresidente de Relaciones Corporativas de Volkswagen en Puebla. Allí se encuentra una de las mayores plantas de VW fuera de Alemania, que produce para el mercado norteamericano.
La producción regional ha aumentado en un 20,5 por ciento, según Karig. La demanda de piezas para vehículos también ha aumentado en Estados Unidos por lo que de lado y lado, consideración la renegociación del TLC como un éxito.
«No tenemos aranceles recíprocos. Gran parte de nuestro comercio exterior, que se realiza a través del T-MEC, está libre de aranceles, lo cual es una muy buena noticia”, dijo Marcelo Ebrard, secretario de economía mexicano.
Perspetivas económicas en un sector vital mexicano: automotriz
El medio mexicano Milenio informó que Stellantis decidió parar, por el momento, la producción en sus dos plantas en México, Saltillo Van y Toluca, tras el anuncio de Trump.
Aristegui Noticias, también indicó que Nissan también suspendió temporalmente el trabajo en dos plantas. En cambio, desde Suecia, se conoce que Volvo quiere aumentar su inversión en la planta de Ciénaga de Flores, en el estado de Nuevo León, a 700 millones de dólares, según Ebrard.
Con información de DW.