La Junta Militar de Myanmar ha informado que 1.644 personas han muerto, 3.408 han resultado heridas y otras 139 se encuentran desaparecidas. Organizaciones internacionales dicen que la magnitud real de las muertes y la destrucción es mucho mayor, por el terremoto que sacudió el viernes el centro-norte de Myanmar, según los primeros recuentos tras visitar algunas zonas devastadas.
El régimen militar, que detenta el poder en Myanmar desde el golpe de Estado de 2021, publicó las cifras en un comunicado divulgado por el canal de Telegram del servicio nacional de radio y televisión (MRTV), después de informar horas antes de casi 700 muertos solo en la región de Mandalay, entre las más afectadas.

El jefe de la Junta, Min Aung Hlaing, visitó este sábado Mandalay, y el régimen indicó a través de MRTV que todavía se están recopilando datos.

El temblor se registró este viernes a las 12:50 hora local (6:20 GMT), a 10 kilómetros de profundidad y con el epicentro entre las ciudades de Sagaing y Mandalay, a unos 17 kilómetros de la última urbe, la segunda mayor ciudad de Myanmar, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
El sismo, que también afectó a Tailandia y que ha sido considerado como el más potente que sacude Myanmar desde 1912, según el Servicio Geológico de EE.UU., se se registró a las 06:20:54 (UTC) y tuvo una profundidad de 10 kilómetros. Poco después, se registró un segundo terremoto en Myanmar de magnitud 6,4 casi en el mismo lugar.

El Consejo de Administración del Estado de Myanmar lanzo una llamada a la ciudadanía sobre la urgente necesidad de sangre tras la catástrofe: «El seísmo ha causado numerosos muertos y heridos, y muchas personas están recibiendo tratamiento en los hospitales públicos […]. Hay una necesidad urgente de sangre, por lo que se pide a los donantes que se pongan en contacto con los hospitales lo antes posible y donen».
La ayuda no se ha hecho esperar

La Organización Mundial de la Salud (OMS) comunicó que estaba movilizando su centro logístico en Dubái para enviar rápido a Myanmar suministros médicos. Según ha informado Reuters, el programa estadounidense para asistencia internacional en desastres, que durante muchos años ha operado en este país, no podrá desplegarse en esta emergencia debido al desmantelamiento de la agencia de ayuda exterior de EEUU, la USAID, por parte de la administración Trump.
China envió un equipo de 37 personas, que llegó a Yangón en la madrugada del sábado, además enviaron 100 millones de yuanes (unos 13,78 millones de dólares). Rusia también mandó dos aviones con 120 rescatistas y suministros. El presidente de Rusia, Vladímir Putin expresó sus condolencias por las víctimas del terremoto y deseó «una pronta recuperación a todos los que sufrieron a consecuencia de esta catástrofe natural».
La ONU informó que había asignado cinco millones de dólares para las labores de rescate. Desde Washington, el presidente Donald Trump también anunció que su país contribuiría a la emergencia de Myanmar.
Myanmar ha pasado de ser uno de los mercados emergentes más prometedores de Asia (después de décadas bajo el yugo de regímenes militares, comenzó a abrirse en 2011 a la inversión extranjera, llegando a ser en 2016, según el FMI, la economía de más rápido crecimiento en el mundo) a estar al borde de una gran hambruna. Los investigadores de Naciones Unidas aseguran que casi la mitad de la población vive por debajo del umbral nacional de pobreza.
Además, Unicef también han difundido informes sobre cómo el ejército de Myanmar está inundando de minas terrestres «casi todos los estados y regiones» del país, a excepción de la capital, Naypyidaw, donde viven los altos mandos militares que gobiernan. «El número de personas muertas como resultado de minas terrestres y artefactos explosivos se triplicó el año pasado, y los niños representan el 20% de las víctimas», aseguran. «Myanmar ya se encuentra entre los países más contaminados del mundo con minas terrestres y artefactos explosivos a pesar de ser uno de los signatarios de la convención de la ONU que prohíbe las minas antipersona».
El gobierno de Venezuela también expresó su consternación ante el grave evento a través de un comunicado oficial.

Myanmar se encuentra en una espiral de crisis económica y conflicto desde la asonada, con enfrentamientos en gran parte del país entre el Ejército y guerrillas civiles y prodemocráticas, lo que empeora el acceso y la distribución de ayuda humanitaria.