El gobierno de Donald Trump no solo está persiguiendo a migrantes sin documentos sino que también a turistas con documentos que tengan en sus celulares críticas al gobierno de EE.UU.
En las últimas semanas, se han reportado múltiples incidentes que involucran la detención y deportación de ciudadanos turistas europeos en Estados Unidos, generando inquietud y cuestionamientos sobre las políticas migratorias implementadas por la administración de Donald Trump.
Uno de los casos más destacados es el de un científico francés que fue detenido y posteriormente deportado al intentar ingresar al país para asistir a una conferencia cerca de Houston.
Durante un control aleatorio, las autoridades revisaron su teléfono móvil y encontraron mensajes hacia sus colegas, donde se mostraba crítico con las políticas de investigación de la administración Trump.
Estos mensajes fueron considerados como una amenaza terrorista, lo que llevó a su deportación al día siguiente, el FBI incluso abrió una investigación pero luego fueron retirados los cargos.
El gobierno estadounidense, sin embargo, negó que la deportación del científico francés estuviera relacionada con sus opiniones políticas. Según las autoridades, el verdadero motivo fue la posesión de información confidencial del Laboratorio Nacional Los Álamos en su dispositivo electrónico, obtenida sin permiso.
Es por ello que, Reino Unido, Francia, Finlandia, Dinamarca entre otros países advierten a sus ciudadanos los peligros de viajar a Estados Unidos debido a sus nuevas políticas migratorias, sobretodo las concernientes a las de «género No binario», por cuanto este género estampado en sus pasaportes no es reconocido por Donald Trump.
Esta discrepancia en las versiones ha generado un debate sobre la transparencia y los criterios utilizados en los controles migratorios quienes pueden alegar prácticamente cualquier cosa ante la indefensión de los detenidos.
Asimismo, se han registrado otros incidentes que incrementan la preocupación sobre las prácticas fronterizas de Estados Unidos. La actriz canadiense Jasmine Mooney fue detenida bajo pretextos cuestionables, y se han reportado casos de científicos y estudiantes extranjeros sometidos a situaciones similares, todos ellos siendo encadenados en manos, cintura y pies.

Lucas Sielaff, un turista alemán que, según informes, pasó 16 días detenido en San Diego antes de ser deportado a Alemania. Las autoridades estadounidenses lo acusaron de residir en Las Vegas con su novia estadounidense, aunque Sielaff afirmó vivir en Alemania y no haber excedido el período autorizado de 90 días para visitar Estados Unidos.
Otro ciudadano alemán afectado fue un Fabian Scmihlch residente permanente en Estados Unidos que fue detenido por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) sin una explicación clara. Este individuo, que había obtenido su «green card» en 2008 y residía en New Hampshire, fue interceptado por las autoridades en el Aeropuerto Internacional Logan de Boston tras regresar de un viaje al extranjero.

Estas acciones han sido interpretadas por algunos como un alejamiento de los valores fundamentales de libertad de expresión y derechos humanos que EEUU propugna para el mundo.
Trump invocó la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para acelerar las deportaciones en Estados Unidos. Esta ley permite al gobierno federal tomar medidas rápidas sin juicio previo contra individuos considerados amenazas en situaciones de invasión.