
Un voraz incendio en una subestación eléctrica en Hayes, al oeste de Londres, desencadenó una serie de eventos que afectaron a miles de residentes y paralizaron uno de los aeropuertos más transitados del mundo.
El siniestro, que comenzó en horas de la madrugada, provocó cortes de electricidad que dejaron a más de 100.000 hogares sin suministro, de los cuales 4.000 aún permanecen afectados.
La Brigada de Bomberos de Londres desplegó a 70 efectivos y 10 camiones para combatir las llamas, evacuando a 150 personas de las áreas circundantes como medida de precaución.
El subcomisario Pat Goulbourne describió el incidente como «muy visible y significativo», destacando el arduo trabajo de los bomberos en condiciones difíciles para controlar el fuego lo más rápidamente posible.
La subestación afectada suministra energía al Aeropuerto Internacional de Heathrow, que se vio obligado a cerrar sus operaciones hasta las 23:59 del 21 de marzo debido al corte de electricidad.
Este cierre generó una disrupción masiva en el tráfico aéreo mundial, con más de 1.350 vuelos cancelados o desviados y alrededor de 220.000 pasajeros afectados. Las autoridades aeroportuarias instaron a los pasajeros a no acudir al aeropuerto y a contactar a sus aerolíneas para obtener información actualizada.
La unidad antiterrorista de la Policía Metropolitana de Londres asumió la investigación del incendio, dado que la subestación es considerada una infraestructura crítica. Aunque no hay indicios de sabotaje, todas las hipótesis permanecen abiertas mientras se lleva a cabo una investigación exhaustiva.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, advirtió sobre posibles interrupciones en los próximos días y ha asegurado que se están tomando medidas para minimizar el impacto en los servicios esenciales.