En lo que va de 2025, Estados Unidos ha registrado 308 casos de sarampión, superando los 285 reportados durante todo 2024, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Este alarmante incremento se atribuye a un brote masivo en Texas, Nuevo México y Oklahoma, que concentra la mayoría de las infecciones. Además, se han reportado casos en otros estados como Alaska, California, Florida y Nueva York.
El brote ya ha causado la muerte de un menor no vacunado en Texas y se investiga un segundo fallecimiento en Nuevo México. Ambos casos subrayan el impacto del movimiento antivacunas, que ha ganado fuerza en los últimos años y encuentra eco en figuras políticas como el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., quien ha moderado su postura desde que asumió el cargo.
Hasta marzo, el 94% de las infecciones se dieron en personas no vacunadas o con estado desconocido. Estas cifras ponen en riesgo el «estado de eliminación» del sarampión logrado en el año 2000 y alertan sobre la necesidad urgente de reforzar las campañas de vacunación para evitar una crisis sanitaria mayor.
Los CDC han emitido un llamado a la acción: “Sin altas tasas de vacunación, no hay seguridad sanitaria”.