
Este martes, Groenlandia se enfrenta a un desafío histórico: sus elecciones parlamentarias reflejan la creciente tensión entre el deseo de independencia y la necesidad de estabilidad económica. Mientras algunos partidos, como el Naleraq, ven con buenos ojos un acuerdo con Estados Unidos, la mayoría rechaza cualquier idea de anexión.
El interés de figuras como Donald Trump, quien ha propuesto inversiones millonarias, ha impactado la campaña. Sin embargo, la prioridad sigue siendo mejorar el bienestar social y sanitario del territorio autónomo.
El interés de Estados Unidos en Groenlandia ha sido una constante en la política internacional. En enero de 2025, el presidente Donald Trump expresó su deseo de adquirir el territorio, proponiendo inversiones millonarias y sugiriendo que Estados Unidos daría la bienvenida a Groenlandia si decidiera integrarse.
La campaña electoral ha estado dominada por el tema de la independencia y las relaciones exteriores. El partido Inuit Ataqatigiit (IA), liderado por el presidente Múte B. Egede, ha abogado por una mayor autonomía y ha expresado la intención de avanzar hacia la independencia, aunque sin establecer una fecha concreta.
Por otro lado, el partido Naleraq ha sido el más partidario de estrechar lazos con Estados Unidos, proponiendo un tratado de libre asociación que incluya inversiones y garantías de seguridad. Esta postura ha generado controversia y ha sido objeto de debate durante la campaña.
Los partidos Siumut y Demokratiit también han participado activamente en la campaña, ofreciendo propuestas centradas en mejorar el bienestar social, la educación y la atención sanitaria, reconociendo las deficiencias en estos sectores como una prioridad para el futuro del país.
Aunque los resultados oficiales de las elecciones no se conocerán inmediatamente debido a las complejidades logísticas de contar los votos en comunidades remotas, se espera que los resultados no oficiales estén disponibles después del cierre de las urnas.
Estos resultados, proporcionarán una visión preliminar de la dirección que tomará Groenlandia en términos de su relación con Dinamarca, Estados Unidos y su camino hacia la independencia.
La comunidad internacional observa atentamente estos desarrollos, conscientes de que las decisiones tomadas en Groenlandia tendrán implicaciones geopolíticas significativas, especialmente considerando la posición estratégica de la isla en el Ártico y su riqueza en recursos naturales que EE.UU desea en su enfrentamiento geopolítico con la ruta del norte dominada por Rusia.