La sociedad venezolana, su pueblo e instituciones, el 7 de marzo de 2019 fueron víctimas de un ataque criminal contra su sistema eléctrico. El país quedó a oscuras más de 95 horas continuas sin flujo eléctrico convirtiéndolo en uno de los sabotajes más largos de la historia en ese sector.

La Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, mejor conocida como embalse de Guri, estado Bolívar, es la principal fuente de generación para el consumo energético en Venezuela, infraestructura que fue atacada con contundencia en 2019, que dejó sin el servicio a 80% del territorio nacional durante varios días.
Todo esto ocurrió en el marco de la autoproclamación de Juan Guaidó, un intento por generar un gobierno paralelo en Venezuela, con apoyo de Estados Unidos.
Los hechos:

La acción se trató de una arremetida con armas electromagnéticas al sistema de la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, conocida como El Guri, que surte de energía eléctrica al 80% del país, y demás sistemas eléctricos del territorio nacional.
El ataque, considerado como arma geofísica, fue planificado y ejecutado desde Estados Unidos y auspiciado por sectores de extrema derecha nacional.
Se generó por tres vías:
- Cibernético, el cual se produjo en el cerebro del embalse El Guri y en Caracas.
- Electromagnético, con el cual se tumbó la distribución y transmisión y de esta manera se interrumpió el proceso de recuperación logrado.
- Quema de estaciones y subestaciones eléctricas, con lo que se consolidó el ataque físico.
Intentos de recuperación del Sistema y sabotaje continuado
- El sistema se pudo restituir en 75% al día siguiente y fue derrumbado
- En la madrugada del lunes 11, ya contaba con el 95% de recuperación en la región capital y 100% al oriente del país; siendo perjudicado nuevamente hasta causar la explosión en la subestación de Alto Prado.
¿Cómo se afrontó la crisis?
- La primera medida fue reunir un equipo de expertos en la materia, con lo que se logró la recuperación parcial del cerebro computarizado del Guri.
- Lo segundo recuperación del cerebro nacional y se libró al sistema de los ataques cibernéticos
Recordemos ataques anteriores al 2019, para entender ¿cómo se llegó ahí?

El ataque a los sistemas de generación de energía eléctrica en Venezuela no eran nuevos en ese momento, pues desde el 2013, cinco años antes, el país ya enfrentaba acciones de sabotaje que intentaron quebrantar el bienestar de la población y la moral de los trabajadores y trabajadoras de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), con fines políticos.
A continuación un recuento de los ataques de los que ha sido víctima el Sistema Eléctrico Nacional:
2013
En septiembre, habitantes del Distrito Capital, junto a los de al menos otras 10 ciudades del país sufrieron sorpresivamente un apagón producto de un sabotaje en la línea 765 ubicada entre San Gerónimo y La Horqueta, en el estado Guárico.
El 2 de diciembre se intentó nuevamente cortar el suministro eléctrico en parte del país en el momento en que el Jefe de Estado ofrecía un discurso, previo a las elecciones de alcaldes. Daño que se repetía en la misma línea de la entidad llanera.
2015
En octubre de 2015 un grupo de personas armadas ingresaron a la planta Alfredo Salazar, ubicada en el estado Anzoátegui, a unos 324 kilómetros de Caracas, y robaron equipos y materiales del sistema eléctrico.
Un mes más tarde el mandatario venezolano denunciaba 17 ataques al sistema eléctrico en tan solo un mes. Resaltando en esa oportunidad los actos vandálicos en los estados de Zulia, Táchira y Falcón en los que se contabilizó un camión lleno de toneladas de cables robados en el sistema occidental de electricidad.
2016
Para febrero, nuevamente parte de Caracas se quedó sin electricidad luego del incendio provocado a una tanquilla de cables subterráneos. En marzo la extrema derecha vuelve a intentar sabotear el sistema en el sur del país, acción que dejó saldo de una persona fallecida y otro detenido en flagrancia. Un mes más tarde cerca de 20 encapuchados atacaron las instalaciones de la subestación San Cristóbal I, en la frontera con Colombia.
Entre finales de abril y mediados de mayo se generaron dos nuevos ataques: el primero a una torre de cables y el segundo en el estado Bolívar.
En el mes de junio recrudecieron las acciones violentas y fue provocado un incendio en la subestación Barinas 3.
2017
Desde agosto, el pueblo del estado Zulia se convirtió en uno de los más afectados. Tres ataques al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) se produjeron en cinco meses. Las subestaciones Punta Iguana, Punta de Palma y El Tablazo fueron las afectadas con el robo de material estratégico. De acuerdo con datos del Ministerio del Poder Popular para la Energía Eléctrica durante este año 42 personas fallecieron por sabotaje al SEN.
2018
Zulia volvió a ser escenario del vandalismo. Durante el mes de enero se produjeron dos ataques, tres más en febrero, dos en abril, dos en mayo, uno en junio y otro en agosto. Desde agosto del año 2017 al mismo periodo en 2018 fueron detenidas 130 personas y otras cinco fallecieron en los ataques.
Desde el inicio de la guerra eléctrica, intensificada durante la gestión del Mandatario Nacional, más de 200 personas fallecieron a causa de su participación en actos de sabotaje, mientras que 150 subestaciones de Corpoelec resultaron afectados.
Conspiración norteamericana planificada:
El ataque a Venezuela se trató de «tecnología de alto nivel que solo tiene el Gobierno de Estados Unidos (…) producen ataques electromagnéticos contra las líneas de transmisión» e interrumpen sucesivamente el proceso para reconectar las distintas estaciones, así lo indicaba el presidente venezolano.
¿Cómo ocurre un «ataque de pulso electromagnético»?

Un ataque de pulso electromagnético (EMP por sus siglas en inglés) puede ser detonado de diversas formas trayendo como consecuencia efectos directos e indirectos. Los primeros son debido al “shock” electromagnético y tensión causada sobre los sistemas eléctricos en Tierra.
De acuerdo con el portal Misión Verdad el cuerpo militar de la Aviación de los Estados Unidos publicó a principios de 2018 un informe sobre las posibles consecuencias en caso de ser víctimas de un ataque electromagnético.
Situación que no se aleja de lo ocurrido en el Guri, que sufrió un ataque cibernético al control automatizado de regulación Ardas, una especie de cerebro electrónico computarizado que regula las 20 máquinas del sistema hidroeléctrico, así lo explicaba el vicepresidente sectorial de Comunicación, Cultura y Turismo de aquel momento, Jorge Rodríguez.
El referido documento además señala entre los posibles resultados del ataque por parte de Estados Unidos a otro país víctima, una revuelta social en “horas”, consecuencias tecnológicas en numerosos equipos y circuitos de computadoras, fallas en la energía eléctrica durante “largo tiempo”, además de señalar que serían requeridos al menos 18 meses en sustituir los elementos clave de la red o sistema lastimado.
“Han tomado la guerra eléctrica como una guerra de desgaste económico y contra el pueblo” denunciaba Maduro.
Denuncia de presidente de Venezuela y que sigue vigente y ha persistido en el tiempo.
Ataques continuados
6 años después se siguen enfrentando ataques contra el pueblo venezolano, revisemos algunos datos recientes:
El 30 de agosto de 2024, el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) sufrió un sabotaje eléctrico en horas de la madrugada, que afectó a varios estados del país. Tuvo una duración de 17 horas, el gobierno de Venezuela lo atribuyó a un “sabotaje” por parte de la oposición, en medio de sus denuncias de fraude electoral.

“El ataque que realizaron, la falla que programaron y la magnitud de lo que generaron tenían un objetivo: liquidar Guri. Es un ataque alevoso, fue la mamá y el papá de los ataques”, denunciaba Maduro.
Venezuela aplicó en este sabotaje, todo el plan «Centella» que se trataba de la protección y plan de contingencia que han sido diseñados por años, en vista de experiencias anteriores.
Se preservó el corazón de la generación eléctrica, la hidroeléctrica del Guri, se mantuvo la operatividad del sistema de salud pública y se logró que continuaran trabajando los 79 hospitales de alta complejidad con que cuenta el país, así como unidades críticas como Emergencias, Emergencias-Trauma shock, Terapias Intensivas, Áreas Quirúrgicas, Unidades de Diálisis y Bancos de Sangre.
El sabotaje eléctrico del 30 de agosto formó parte del ciclo golpista, operación que vino acompañada de otras tácticas y eventos.
Algunas de las acciones que formaron parte este sabotaje:
- Lucha contra el Tren del Llano.
- Los operativos policiales-militares en el Ministerio Penitenciario contemplan la reestructuración del sistema penitenciario venezolano.
- Se han recuperado armas militares y material de guerra robados en el marco criminal de la trama opositora.
- El 17 de agosto, 6 mil funcionarios militares y policiales neutralizaron los planes de repetir las jornadas criminales del 29 y 30 de julio con un despliegue en Petare, El Valle, El Guarataro y otros sectores del oeste y sur de Caracas, parroquias donde operan bandas criminales con participación en la trama opositora post-28J.
Todos estos elementos, junto con el ataque al SEN, demostraron que detrás de la narrativa del «fraude» se desarrollan movimientos de naturaleza criminal y sabotaje a infraestructuras vitales, una continuación a la serie de hechos que ha buscado desestabilizar de forma prolongada la cotidianidad venezolana.
Al ataque del 30 de agosto, lo antecedió uno el martes 27 de agosto que iban hacia el proceso de transmisión, que igualmente provocó interrupciones en el suministro eléctrico en Caracas y varias localidades del país.