De acuerdo al presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, la decisión del presidente Donald Trump de terminar la licencia que permitía las operaciones de Chevron en Venezuela, fue influida por presión de los tres miembros republicanos de la Cámara de Representantes de Miami. La revelación la hizo el congresista durante un evento de recaudación de fondos.
Según Johnson «Los tres cubanos locos”, refiriéndose a los congresistas Mario Díaz-Balart, Carlos Giménez y María Elvira Salazar, hicieron lobby sugiriendo que retendrían los votos que Trump necesitaba para el acuerdo presupuestario del Partido Republicano si seguía permitiendo las operaciones de Chevron en Venezuela.

Previo a la votación, los congresistas tuvieron encuentros y conversaciones telefónicas con Trump donde le recordaron sus promesas de campaña respecto a Venezuela.
El acuerdo presupuestario se aprobó con estrecho margen, con los votos de Díaz-Balart, Giménez y Salazar a favor. Tan sólo ocho horas después Trump anunció la cancelación de la licencia de Chevron.
Negociaciones en curso

Pese a la cancelación de la licencia petrolera, Washington sigue negociando con Caracas. Fuentes de Axios indican que el enviado especial para Venezuela, Richard Grenell, continúa en conversaciones con el gobierno venezolano. El propio Grenell ha dicho que la Casa Blanca “no quiere un cambio de régimen en Venezuela”.
La negociación de alto nivel entre Venezuela y EE.UU. logró que aviones de la aerolínea estatal venezolana, Conviasa, aterrizaran en territorio estadounidense, en El Paso, Texas, para traer a venezolanos repatriados en condiciones dignas, además logró rescatar a un grupo que fue envíado a la cárcel de Guantánamo.
Por su parte, Venezuela liberó a seis ciudadanos estadounidenses que estaban detenidos en el país por su vinculación a hechos terroristas y de desestabilización.