Frente a una asamblea legislativa semivacía, rodeado de los cada vez menos legisladores libertarios que le quedan y con una tropa de invitados, en la que resaltaba un árabe, Milei hizo anuncios en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso argentino.
Escenas como las siguientes, fueron una constante a lo largo de todo el discurso. Violencia, ofensas, empujones, amedrentamientos. No se salvó ni la prensa.
En un tramo del discurso, el diputado opositor Facundo Manes le mostró la Constitución Nacional y el presidente enfureció: «Leéla bien, supuestamente vos entendés cómo funciona el cerebro y parece que no entendiste nada», le dijo al neurólogo.
A la salida del recinto Manes tuvo un cruce con el asesor presidencial Santiago Caputo, y alguien le dió dos trompadas, por detrás. «Sé que es del entorno de Caputo, pero no lo conozco», explicó Manes.
De ahí a la comisaria, hubo un solo paso y la denuncia presentada fue por amenazas.
En su discurso, Milei reinvindicó el ajustazo que sumió en la pobreza a los argentinos, prometió más motosierra y anunció que en los próximos días enviará un proyecto de ley con el que exige respaldo para un posible acuerdo con el FMI.
Desde que llegó al Congreso, el presidente argentino fue acompañado por el sonido de intensos cacerolazos, que pasada la medianoche del sábado de carnaval, le aseguran un puesto de Judas en la historia argentina.
En otro pico emocional del discurso de Milei este sábado 1 de marzo, también apareció la decisión de sacar al estado argentino del Mercosur para hacer un tratado de libre comercio con EEUU.
En un monólogo largo y con palabras y acciones violentas, en modo Milei, el presidente argentino planteó la reforma del Código Penal y las leyes migratorias.
Con tiros de elevación a su participación en la criptoestafa $Libra, causa judicial por la cual lo investigan autoridades argentinas, en su discurso lanzó frases como «En los últimos 25 años la política vía el Banco Central le robó a los argentinos 110 mil millones de dólares. Vengan a hablar ahora de estafa piramidal, dale».
Milei repitió los mismos mantras políticos que lo llevaron a la presidencia de Argentina. Toda una definición de principios fue el momento de su discurso en el que expresó que es necesario seguir pasando la motosierra profunda por el Estado porque hay que achicar el Estado en serio.
Milei perjura que la motosierra no es sólo un programa de gobierno sino una política de estado que seguirá durante años y que no parará hasta que encuentre el final del Estado en el largo plazo. Sentenció: «Hay que revisar área por área del Estado y ninguna es más importante que privatizar las empresas públicas».
Por lo pronto, y en tiempo récord, los argentinos le hicieron saber su punto de vista en redes sociales con una contundente frase que se viralizó rápidamente: «Habla el pelotudo» .