88 brasileños deportados por el gobierno estadounidense desembarcaron en Manaos – Amazonas, al norte de Brasil, esposados y con los pies atados.
Por orden del presidente Lula Da Silva, el ministro de Justicia, Ricardo Lewandovsky, se retiraron las esposas y cuerdas que ataban los pies de los ciudadanos.
Además, Da Silva tuvo que enviar un avión de la Fuerza Aérea a Manaos para completar el vuelo que tenía como destino inicial Belo Horizonte – Minas Gerais, con el fin de que puedan completar el viaje «con dignidad y seguridad».
Falta a los derechos fundamentales
Lewandowski, quien informó al presidente Luiz Inácio Lula da Silva de esta situación, tachó el uso de esposas de «falta de respeto flagrante de los derechos fundamentales» de estos ciudadanos.
«El Ministerio de Justicia y Seguridad Pública enfatiza que la dignidad de la persona humana es un principio básico de la Constitución Federal y uno de los pilares del Estado democrático de derecho», indica el comunicado.
Se trata del primero vuelo de deportación desde que el presidente estadounidense Donald Trump tomó posesión del cargo el lunes, aunque el viaje ya estaba programado antes del inicio de su mandato y se da como parte de un acuerdo bilateral firmado en 2017, según fuentes de la Cancillería.
(efe, afp/mn/TeleSUR)