El golpe de Estado propiciado contra el Comandante Hugo Chávez empezó a gestarse desde el año 2001, con la conspiración de la oligarquía venezolana a través de los «sectores más poderosos del país», señaló el jefe del Plan Antonio José de Sucre, Pedro Infante.
Durante el programa radial “Sin truco ni maña”, que se transmite por la plataforma digital, Infante precisó que el petróleo estaba bajo los designios del imperio norteamericano, con las grandes petroleras estadounidenses, entre ellas la ExxonMobil Corporation, «que actualmente nos ataca y conspira con el manejo de la Guayana Esequiba, y es la misma que financió el golpe de Estado del 2002”.
Igualmente, destacó que la oligarquía venezolana rechazó siempre las leyes que fueron promulgadas por el Comandante Chávez para la defensa del pueblo, tales como la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, La Ley de Pesca y Acuacultura, Ley Orgánica de Hidrocarburos, entre otras.
Por su parte, la diputada a la Asamblea Nacional (AN), Tania Díaz, agregó que los hechos ocurridos del 12 y 13 de abril son una historia épica popular, luego que el Pueblo y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) derrotaran en unión cívico-militar el golpe de Estado que sectores de la oposición y empresariales del país ejecutaron al Comandante Chávez.
Mientras, la parlamentaria Iris Valera, recordó que fue un accionar valiente de los revolucionarios durante el 11, 12 y 13 de abril de 2002 para derrotar el golpe de Estado y devolver al Comandante Chávez a la presidencia. «Tenemos que decirle al pueblo venezolano que se sienta orgulloso de nuestra historia y de lo que hacemos. Hoy en día somos el asombro del mundo porque a nosotros no nos doblegan ni nos doblegarán jamás, no nos rendiremos».
Contexto Social y Político de 2002
Ataque económico

Entre el 9 y el 10 de abril de 2002, los intereses partidistas lograron utilizar la industria petrolera como el epicentro de la agresión contra la economía venezolana, que se confabuló con el paro que convocó la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) -una de las organizaciones que más se opuso a la política gubernamental de Chávez a favor del pueblo-, y que logró con esta convocatoria sólo la atención de los sectores empresariales representados en la Fedecámaras, la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela.
Tras dos días de llamado a un paro nacional sin contundencia, la CTV promovió una huelga general indefinida que respaldaron los partidos de oposición y algunos sectores empresariales y sociales venezolanos pertenecientes a una clase media alta, quienes convocaron además una marcha en Caracas, desde el Parque del Este hasta la sede de PDSA en Chuao que posteriormente, los dirigentes de la CTV y Fedecámaras decidieron llevar hasta el Palacio de Miraflores, sede del Gobierno en Venezuela, donde se desencadenó un ambiente de violencia que dejó 19 muertos para el final del día, mientras actores de oposición ensayaban un pronunciamiento que saldría por los medios de comunicación, desconociendo al Gobierno de Chávez, algunas horas después.
El guion del fracaso del 11 al 13 de abril
De acuerdo al libreto, a las 7 de la noche salió el pronunciamiento del vicealmirante Héctor Ramírez Pérez y su grupo; tres horas después los sectores oposicionistas logran el cese de las transmisiones del canal estatal Venezolana de Televisión (VTV); cerca de la 1 de la mañana del 12 de abril, los medios privados transmitieron la información sobre la supuesta entrega de Chávez y dos horas después el entones general en jefe de La Fuerza Armada, Lucas Rincón Romero, anunció la supuesta renuncia del presidente más popular en la historia de Venezuela.

Pedro Carmona Estanga -un empresario-, salió en transmisión nacional cerca de las 4:30 de la mañana asumiendo un gobierno de facto de la extrema derecha bajo la fachada de un “gobierno de transición cívico-militar” en Venezuela y con el anuncio, la disolución de la Constitución Nacional y todos los poderes públicos que dejaban completamente desprotegido al pueblo venezolano.
Contragolpe de las fuerzas revolucionarias

En este punto, el 12 de abril, los sectores empresariales y sociales que apoyaron el paro y las otras convocatorias anteriores, no salieron a apoyar al Gobierno de facto de Carmona Estanga. Caso contrario ocurrió con las fuerzas revolucionarias que se mantuvieron en las calles de Caracas y otras capitales del país con consignas y banderas a favor de Venezuela, Chávez y el pueblo venezolano.
A las pocas horas, los seguidores de Chávez recuperaron las transmisiones en VTV y a través de allí se informó el Presidente de Venezuela estaba secuestrado. A las pocas horas y con el apoyo del leal soldado, Juan Bautista, se revirtió la cadena de turbias acciones y Chávez volvió a Miraflores, hecho que refleja la historia latinoamericana como uno de los contragolpes más impactantes de la región.